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León queda fuera de los grandes números del Corredor Atlántico: solo Alta Velocidad y sin inversiones locales

Con más de 16.000 millones de euros pendientes de inversión en el Corredor Atlántico, la provincia de León solo recibe actuaciones ferroviarias y queda excluida del desarrollo logístico, la intermodalidad y la recuperación de la Vía de la Plata
Las mejoras logísticas que afectan a León se limitan a la Alta Velocidad.
Las mejoras logísticas que afectan a León se limitan a la Alta Velocidad.

El Corredor Atlántico es uno de los nueve ejes estratégicos de la Red Transeuropea de Transportes (TEN-T), diseñada por la Unión Europea para conectar los principales nodos logísticos del continente. A través de una red multimodal que incluye ferrocarril, carretera, puertos y aeropuertos, este corredor movilizará más de 49.000 millones de euros en España, de los cuales 16.000 millones aún están pendientes de ejecución. Sin embargo, la provincia de León, pese a su ubicación estratégica en el noroeste peninsular, apenas recibirá una fracción simbólica de esa inversión.

La única actuación significativa que se contempla en León es la puesta en servicio de la Variante de Pajares —ya ejecutada— y la mejora del tramo León–La Robla, con una inversión de 75,6 millones de euros para su adaptación al ancho estándar europeo (UIC). Aunque se trata de una intervención relevante en términos técnicos, está orientada exclusivamente al tráfico ferroviario de Alta Velocidad y deja fuera toda planificación relacionada con plataformas logísticas, transporte de mercancías o nodos intermodales.

Sin nodos logísticos: Torneros continúa abandonado

Mientras que otras provincias de Castilla y León como Valladolid, Burgos o Salamanca sí cuentan con actuaciones logísticas integradas dentro del Corredor Atlántico, León permanece excluida de cualquier desarrollo productivo. En Valladolid, por ejemplo, se destinan 150,4 millones de euros a la Variante Este, que incluye una nueva terminal logística intermodal. En Salamanca, la electrificación del tramo hacia la frontera portuguesa supondrá 148 millones de euros. León, sin embargo, no figura entre las prioridades logísticas del Estado, a pesar de contar con una infraestructura potencial como Torneros, cuyo proyecto lleva años paralizado.

El olvido institucional de Torneros supone renunciar a un enclave con capacidad para convertirse en centro logístico de primer orden en el noroeste, generador de empleo y atractivo para el transporte intermodal. Según estimaciones previas de la Junta y del Ministerio de Fomento, la plataforma logística de Torneros podría haber movilizado inversiones superiores a 250 millones de euros en colaboración público-privada y generado más de 1.500 empleos directos.

Evolución del Corredor Atlántico.
Evolución del Corredor Atlántico.

La Vía de la Plata, una conexión con alto valor económico marginada

Uno de los errores más señalados por expertos y asociaciones empresariales es la exclusión de la Vía de la Plata en el diseño operativo del Corredor Atlántico. Esta antigua línea ferroviaria, que articulaba la comunicación norte-sur entre Gijón y Sevilla a través de León, podría haber sido clave para el transporte de mercancías entre el noroeste y el sur de España. Su recuperación supondría reactivar más de 800 kilómetros de vía y conectar directamente regiones industriales y portuarias de primer nivel.

Desde el punto de vista económico, la reactivación de la Vía de la Plata permitiría descentralizar el transporte de mercancías del eje Madrid–Levante y mejorar la competitividad de regiones interiores. Además, expertos calculan que su rehabilitación generaría un retorno de inversión a medio plazo gracias al incremento del tráfico ferroviario, la reducción de emisiones y la vertebración territorial. Pero la planificación actual del Corredor Atlántico ignora esta infraestructura, condenando a León y a todo el eje occidental a un nuevo aislamiento logístico.

Alta Velocidad sin retorno económico real

La inversión en la Línea de Alta Velocidad Venta de Baños–León–Asturias, incluida la Variante de Pajares, ha supuesto un desembolso conjunto superior a 3.700 millones de euros, según datos del Ministerio de Transportes. Sin embargo, el retorno económico para León sigue siendo limitado. A diferencia de lo que ocurre con los nodos intermodales, donde confluyen mercancías, servicios logísticos y empleo industrial, la Alta Velocidad se orienta casi en exclusiva al transporte de pasajeros, con escaso impacto productivo.

León, pese a estar incluida en la red de Alta Velocidad, no dispone de una infraestructura logística ni empresarial que le permita beneficiarse del Corredor en términos de competitividad territorial. La falta de inversiones asociadas al transporte de mercancías y a la dinamización económica refuerza la condición de mero territorio de paso, sin que se generen oportunidades de desarrollo endógeno ni nuevos polos de actividad económica.

Una exclusión que agrava la brecha territorial

El desequilibrio inversor dentro del Corredor Atlántico evidencia una grave brecha territorial. Mientras algunos territorios concentran inversiones multimodales, plataformas logísticas y proyectos industriales, León queda relegada a un papel marginal. A esto se suma la falta de planificación en torno a la recuperación de conexiones como la Vía de la Plata o el impulso a infraestructuras ya existentes como Torneros.

La oportunidad histórica que representa el Corredor Atlántico para modernizar el transporte en Europa corre el riesgo de pasar de largo por León. Sin integración logística, sin inversiones en mercancías, sin estrategia intermodal, la provincia pierde competitividad y se aleja del mapa del desarrollo europeo, condenada —una vez más— a ver pasar los trenes sin subirse a ellos.