El Observatorio Económico Autonomía-León confirma el declive de la provincia leonesa
La sexta edición del Observatorio Económico Autonomía-León, presentado esta semana por Proyecto León y dirigido por el economista Javier Callado, expone con cifras y comparativas una realidad preocupante: la provincia de León no solo no ha logrado acercarse al ritmo de crecimiento de las provincias castellanas en los últimos 41 años, sino que sigue descolgándose en aspectos clave como población, empleo y renta.
"Las diferencias entre Castilla y León no solo persisten, sino que se han agudizado", subraya Callado, que califica de "asimétrica" la evolución dentro de la propia región leonesa. Según el estudio, la provincia de León ha perdido un 15,31% de población desde 1983, mientras que El Bierzo lo ha hecho en un 17,57%. A ello se suma una caída continuada del peso económico de la zona.
León y Ponferrada, dos centros urbanos con futuro incierto
El informe presta especial atención a León y Ponferrada, consideradas por Proyecto León como "tractores de la economía" en una hipotética autonomía leonesa. Sin embargo, sus trayectorias son igualmente negativas.
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La capital, León, ha pasado de 148.000 habitantes en 1996 a apenas 120.000, lo que supone una caída del 18%. En Ponferrada, el descenso comenzó más tarde, en 2010, y se estabiliza ahora tras perder alrededor del 8% de sus vecinos. Callado apunta: "Ponferrada está mal, tiene un proceso de degradación urbana donde se cierran tiendas caras por la pérdida de salarios; eso también ocurrió en León".
Un Consejo Comarcal que no dio resultados
El estudio pone en cuestión la eficacia del Consejo Comarcal del Bierzo, creado como organismo específico para canalizar el desarrollo de esta comarca desde la Junta de Castilla y León. Proyecto León considera que "no ha servido para frenar la pérdida de población ni para mejorar los indicadores socioeconómicos", y señala su papel como uno de los fracasos administrativos en estos más de cuatro decenios.
El impacto de la pandemia: León resistió, pero no remontó
Uno de los aspectos más novedosos del estudio es el análisis de los efectos económicos de la pandemia de la COVID-19 en las distintas provincias. Según los datos, el comportamiento de León, Zamora y Salamanca fue "anómalo" en relación al conjunto de España y del resto de Castilla, debido a su dependencia de sectores esenciales como el alimentario, energético y farmacéutico.
"Producimos lo mismo que antes de la pandemia, éramos un sector esencial", explica Javier Callado, que destaca que León y Zamora crecieron 8 puntos de PIB, mientras que Salamanca alcanzó los 10 puntos, frente al desplome del conjunto del país.
Pese a ello, el crecimiento fue transitorio y no se tradujo en una recuperación estructural: "Desde 2022, los datos han empezado a regularizarse y las diferencias demográficas se mantienen".
"Una autonomía estadística que no representa a nadie"
El estudio concluye que los desequilibrios regionales son persistentes y reflejan una "artificiosa" unidad estadística en la comunidad autónoma. "La media de Castilla y León no se corresponde con ninguna provincia. Ni leonesa ni castellana. Y ni se le parece", sentencia el informe.
Sobre el futuro, el mensaje es claro: León es la que peor va de toda la región, con una "necesidad imperiosa de salir" del actual marco autonómico si quiere revertir décadas de pérdida de población y estancamiento económico. Mientras tanto, Zamora presenta cifras menos alarmantes y Salamanca incluso comienza a superar a Burgos en creación de empleo, según los últimos datos recogidos en el informe.
El Observatorio, iniciado en 2020 y ya en su sexta edición, pretende convertirse en una herramienta de reflexión estratégica sobre el futuro de la región leonesa y su papel en el contexto autonómico.