El perfil psicológico de la 'reina de la burundanga': no sufre una adicción patológica al juego
La tercera jornada del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de León por el caso conocido como ‘la burundanga’ se centró este miércoles en las valoraciones psicológicas y forenses de la joven acusada.
La mujer se enfrenta a una petición de 16 años de prisión por presuntamente haber anulado la voluntad de cinco personas con escopolamina para robarles cantidades que van desde 20 a 9.000 euros, en un total de siete episodios distintos.
“No presenta rasgos de ludopatía”
El testimonio clave del día vino de la mano de los médicos forenses del Instituto de Medicina Legal de León y Zamora, quienes descartaron de forma categórica que la acusada sufra una adicción patológica al juego. “Rotundamente no”, afirmaron al ser preguntados por la posibilidad de una ludopatía.
Explicaron que, tras cuatro entrevistas clínicas, detectaron un patrón controlado y estratégico: “Solo juega torneos importantes y su cuenta nunca se queda a cero. No hay impulsividad, hay cálculo. El juego es un medio de vida, no una compulsión”. También negaron que presentara síntomas típicos como ansiedad extrema, cambios de humor o pérdida de control, y subrayaron: “Eso no es propio de la ludopatía”.
Otras voces y diagnósticos contradictorios
No obstante, la defensa presentó informes que ofrecen otra visión. Una psicóloga pericial evaluó a la acusada con un 65% de discapacidad mental, argumentando que padece un “trastorno que dificulta el control de los impulsos” y una ludopatía acusada. Pero los forenses públicos rechazaron esa cifra: “Como mucho, un 5%, y desde luego no presenta los rasgos antiadaptativos que justificarían esa valoración”.
Cinco psicólogos en total comparecieron durante la sesión. Uno de ellos remarcó: “De la ludopatía no se sale sin ayuda”, y otro insistió en que “se juega por adicción, no para pagar una deuda”, en referencia al comportamiento económico de la acusada.
Uso de escopolamina: una sustancia difícil de rastrear
En cuanto a la burundanga (escopolamina), sustancia con la que presuntamente anuló la voluntad de sus víctimas, los expertos médicos indicaron que los hospitales no pudieron detectar restos en algunos de los afectados por la dificultad técnica de los análisis, ya que se requiere equipamiento de alta especialización.
Uno de los testigos presenciales fue el padre de una víctima que llegó a estar al borde de la muerte por ingesta de esta sustancia. Su testimonio, al igual que el de otro conocido de la acusada, coincidió con los relatos presentados en jornadas previas sobre el modus operandi de la joven.
Antecedentes personales y consumo de drogas
Otro punto de controversia fue el consumo de cocaína, confirmado por una profesional que atendió a la acusada en Salamanca. Según su declaración, la mujer “dio positivo al llegar al centro y consumía a diario”. También afirmó que presentaba un perfil antisocial, paranoide y sádico, de acuerdo con la evaluación clínica.
Los forenses, sin embargo, subrayaron que el consumo de esta droga fue posterior a los hechos juzgados y que la acusada se contradijo en varias entrevistas, lo que a su juicio demuestra una actitud consciente y manipulativa.
Entorno familiar y cierre de la jornada
Durante la sesión también compareció el padre de la procesada, quien se acogió a su derecho a no declarar, aunque decidió permanecer en la sala durante la audiencia, junto a su hija.
Para este jueves se prevé la reanudación del juicio con nuevos testimonios, entre ellos el de una doctora de Sacyl, cuya declaración fue pospuesta tras no poder ser localizada a tiempo.