Así es el refugio de Gnadenhof fur Baren, la última casa para Luna y Ponderoso
Luna y Ponderoso, dos osos pardos centroeuropeos, dejarán próximamente el recinto en el que han vivido toda su vida: el Coto Escolar de León. Allí han pasado 33 años en cautividad, convirtiéndose en los osos más longevos en su especie bajo supervisión humana en España. Su historia, cargada de afecto, debate y reivindicación, encuentra ahora un nuevo capítulo: serán trasladados al santuario Gnadenhof für Bären, en las afueras de Múnich (Alemania), un centro especializado en ofrecer segundas oportunidades a animales rescatados.
Este traslado, anunciado por el Ayuntamiento de León, es fruto de meses de gestiones, presiones de asociaciones animalistas y visitas técnicas que han confirmado que, pese a su edad, ambos ejemplares están en condiciones de afrontar el desplazamiento.
De recinto educativo a símbolo de debate social
Luna y Ponderoso llegaron al Coto Escolar siendo oseznos, cuando las leyes de protección animal eran más laxas y la cautividad era vista como una herramienta educativa. Sin embargo, con los años, la situación cambió. Organizaciones como Libera! o la Fundación Franz Weber denunciaron en reiteradas ocasiones que el espacio en el que vivían no era adecuado, pese a los cuidados constantes del personal del Coto.
Durante más de una década, su permanencia en León generó controversia: ¿deben los animales salvajes permanecer en instalaciones municipales aunque estén bien atendidos? ¿Qué es, realmente, el bienestar animal en su vejez? La respuesta institucional llegó ahora, con este traslado que se presenta como un gesto de reconciliación entre el deber educativo y la ética animal.
El santuario de los osos maltratados
El lugar que acogerá a Luna y Ponderoso no es un zoológico. Se trata de un espacio de 110.000 metros cuadrados ubicado en los antiguos terrenos del Ejército alemán, reconvertido en refugio para osos maltratados. Fundado en 1993 por el abogado y activista Andreas Grasmüller, el Gnadenhof für Bären alberga actualmente una decena de osos rescatados de circos, jaulas ilegales o zoológicos en declive.
Rodeado de bosques mixtos de sauces, abedules y arces, el parque está diseñado para recrear un entorno natural donde los animales puedan recuperar sus instintos atrofiados tras años de vida antinatural. En este contexto, Luna y Ponderoso tendrán una zona propia, separada del resto de osos, para facilitar su adaptación y evitar conflictos territoriales.
Un viaje controlado al milímetro
El traslado, previsto para los próximos días, será coordinado por una empresa especializada en transporte de fauna salvaje. El operativo incluye la sedación previa de los animales para introducirlos con seguridad en transportines individuales, donde viajarán acompañados por un veterinario y dos conductores.
Ambos irán monitorizados durante todo el trayecto, con control constante de la temperatura, humedad y signos vitales. El viaje, de aproximadamente 2.000 kilómetros, se realizará sin paradas innecesarias y los osos viajarán despiertos, pero bajo supervisión constante. Antes de partir, se les han administrado ya vacunas antirrábicas y antiparasitarias, como establece el protocolo de movimiento internacional de grandes mamíferos.
Un compromiso más allá del traslado
Según ha anunciado el Ayuntamiento de León, el seguimiento de Luna y Ponderoso no se detendrá una vez lleguen al santuario. Se mantendrá una comunicación directa con el centro alemán para asegurarse de que su estado de salud y adaptación es el adecuado.
Este gesto pretende cerrar una etapa marcada por la tensión entre la tradición del cuidado local y la creciente conciencia global por el bienestar animal. Para Luna y Ponderoso, la jubilación llega con olor a bosque, con estanques, cuevas naturales y praderas abiertas. Por primera vez, sus patas sentirán tierra no domesticada. Y quizás, tras tres décadas en el Coto, puedan también aprender a ser osos.