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Viajar por la AP-66, el peaje del caos: "Es una vergüenza, humillante y alguien debería dimitir"

Una familia leonesa relata la angustia vivida al regresar de Asturias por la autopista del Huerna, colapsada por atascos y obras mal gestionadas: "Pagamos 15 euros por sufrir"

La historia de Enrique, Nuria y su hija Nerea, una familia de León, se ha vuelto ejemplo del calvario que viven miles de usuarios de la AP-66 cada fin de semana. Como muchos otros, decidieron pasar unos días en Ribadesella, en la costa asturiana, y emprendieron viaje el viernes pasado acompañados de su mascota. El trayecto hacia Asturias, aunque algo lento, no presentó grandes complicaciones.

Pero el domingo, el regreso se transformó en una experiencia “de angustia y hasta sufrimiento”, como describe Nuria. “Hoy ya nos temíamos que a la vuelta podía haber algún problema. De hecho, es algo que comentamos durante el fin de semana, pero nunca nos imaginamos lo que vivimos”, explica.

Una autopista que no da respuestas

La familia opta por la autopista de peaje porque Nerea, de apenas 3 años, se marea en las carreteras de montaña, lo que hace inviable el paso por el puerto de Pajares. Pero esta vez, la alternativa de pago no ofreció ninguna ventaja. “Un viaje que suele ser de poco más de una hora y media se convirtió en casi tres horas, de ellas una hora atrapados en un atasco interminable”, relata Nuria.

La situación, según denuncia, se agrava por la falta de información y de previsión. “Mi hija se acabó mareando. El atasco parecía no tener fin, nadie daba ni una sola explicación y la sensación es que estábamos pagando por sufrir”.

Una gestión que deja mucho que desear

La indignación crece cuando recuerda lo vivido: “Creo que la concesionaria había tenido suficiente tiempo para darse cuenta de los problemas, tomar medidas y buscar soluciones. Pero nada de eso sucedió”. Y añade con rotundidad: “Da la sensación de que no quieren mover los conos porque les resulta muy molesto”.

Para ellos, la conclusión es clara: no volverán a utilizar la AP-66 en estas condiciones. “No puedo hacer que mi hija viva un calvario porque a unos señores se les ocurra ponerse a hacer obras de una forma tan desordenada y sin pensar en los usuarios”.

"Nos están tomando el pelo"

La crítica de la familia se extiende a las instituciones públicas. “¿Dónde está el Ministerio? ¿Dónde está Óscar Puente? ¿Dónde están los que dicen que tenemos infraestructuras europeas? Ni hay programación, ni orden, ni previsión. Esto es una vergüenza, un caos, es humillante, y creo que alguien debería dimitir, porque lo que está sucediendo era más que previsible”.

La familia tiene claro que reclamará a la concesionaria, Aucalsa, el reembolso del peaje. “No es un problema de si es mucho o poco dinero, es un problema de que no se puede dar un pésimo servicio y cobrar como si nos estuvieran ofreciendo un servicio premium”, sentencia.

Así, como Enrique, Nuria y Nerea, son muchos los conductores que este verano se sienten estafados al circular por una infraestructura que prometía conectar León y Asturias de forma ágil, pero que termina convirtiéndose, fin de semana tras fin de semana, en una trampa de asfalto.