La Ponferradina busca frenar su caída ante un Arenteiro también en apuros
La SD Ponferradina afronta este fin de semana un compromiso decisivo en El Toralín (sábado, 16:15 horas) tras encadenar seis encuentros consecutivos sin ganar entre Liga y Copa. Desde la llegada al banquillo de Mehdi Nafti, el conjunto berciano no ha logrado sumar de tres y continúa atrapado en una inercia negativa que amenaza con enquistarse.
Nafti, que asumió el mando hace apenas unas semanas, reconoce que el aterrizaje está siendo complejo. El técnico explica que uno de los mayores retos es que la plantilla interiorice su idea futbolística, un proceso que exige tiempo y claridad. “Queremos que tengan un guion claro y que no reciban demasiada información”, señala, consciente de que aún hay aspectos tácticos que no han podido trabajar en profundidad debido al calendario.
El preparador también recuerda que las dificultades han ido más allá del terreno de juego, mencionando que varios futbolistas han arrastrado procesos gripales que han limitado el ritmo de trabajo y han hecho que el inicio fuera “un camino lleno de piedras”.
El Arenteiro llega con alivio… pero sin puntería
El rival, el Arenteiro, puso la pasada jornada fin a una racha de once partidos sin triunfo al vencer por la mínima al Talavera, colista del grupo. Pese a ese pequeño balón de oxígeno, el cuadro gallego continúa mostrando problemas crónicos de definición, una falta de acierto que le mantiene cerca de la zona peligrosa.
El encuentro enfrenta, por tanto, a dos equipos urgidos: uno que no encuentra la fórmula para despegar bajo un nuevo entrenador y otro que rompe sequías sin lograr convencer.
El Toralín, juez de una posible reacción
Nafti insiste en que la Ponferradina debe apoyarse en el análisis del rival y en la continuidad de los aspectos positivos para empezar a reconstruirse. “Para ganar hay que trabajarlo, estudiar al rival, dar continuidad a lo que se hace bien e insistir en corregir lo que se hace mal”, afirma el técnico, que asume que la situación “no es buena”, pero cree que el equipo aún tiene margen de mejora.
El Toralín será escenario de una prueba clave: o bien sirve como punto de inflexión en la búsqueda de estabilidad, o bien profundiza una crisis que ya inquieta a la afición berciana.