Las claves ocultas en la tragedia dentro de la mina de Cerredo: "Fue un cóctel mortal que mezcló ilegalidad y un grave descontrol"
La comparecencia de José Luis Javier Vázquez López, representante de Comisiones Obreras (CCOO) en la Comisión de Seguridad Minera, arrojó luz sobre las causas del accidente mortal ocurrido en la mina de Cerredo, donde cinco trabajadores perdieron la vida en marzo. Según el veterano minero y ex empleado de Hunosa, el siniestro no fue fruto del azar, sino el resultado de una explotación ilegal, una vigilancia administrativa insuficiente y una tolerancia institucional que permitió el desastre.
“Había explotación de carbón, y eso era evidente para cualquiera que conociera el sector”, afirmó con rotundidad durante su intervención ante la comisión parlamentaria de la Junta General del Principado de Asturias.
La mina “engañó” a la Administración con muestras falsas
Vázquez López aseguró que la empresa implicada operaba bajo un permiso de achatarramiento y un supuesto proyecto de investigación complementaria, pero que en realidad extraía carbón en distintos niveles del yacimiento.
El sindicalista denunció un “engaño brutal” en el proceso de autorización, al sostener que se utilizaron muestras de otras capas para obtener el permiso del Principado, simulando una calidad del carbón “completamente diferente” a la real.
Para Vázquez, el volumen autorizado de 60.000 toneladas era “desmesurado” para un simple ensayo industrial. “Se trató de un uso fraudulento de una figura legal”, añadió, diferenciando este caso del de TYC Narcea, también bajo investigación por otro accidente previo.
Un “terrorista laboral” y una vigilancia ineficaz
El representante sindical no dudó en señalar directamente al empresario, al que calificó como “un auténtico terrorista laboral”. Sin embargo, subrayó que la Administración también debe asumir su cuota de responsabilidad por la falta de control.
“El verdadero terrorista laboral es el empresario que burla la ley, pero el daño reputacional para el Principado es enorme”, advirtió, recordando que la minería asturiana había sido durante años un referente de seguridad bajo la gestión pública de Hunosa.
También lamentó que las advertencias del guarda de medio rural, quien había detectado un acopio de madera inusual en la zona, no llegaran a oídos de los sindicatos. “Si Comisiones Obreras hubiera tenido conocimiento, habríamos denunciado de inmediato”, aseguró.
Una historia de impunidad y un aviso ignorado
El sindicalista recordó que el accidente de agosto de 2022, en el que murió un trabajador y otro resultó herido grave, debió servir como advertencia para reforzar las inspecciones en Cerredo. En cambio, la explotación continuó operando bajo un clima de impunidad.
Vázquez también reveló que uno de los fallecidos, encargado de la vigilancia, estaba prejubilado, lo que calificó como “otra irregularidad más en un cúmulo de despropósitos”.
“Todos sabíamos quién estaba detrás”
El director de Minería de Hunosa, Jesús Fernández Fernández, también compareció ante la comisión y coincidió en varios puntos con Vázquez. Reconoció que el Principado permitió una extracción excesiva para un proyecto de investigación, aunque defendió que la figura era “poco común, pero legal”.
Fernández admitió además que en el sector “todos sabíamos más o menos quién estaba detrás de cada explotación” y reconoció que una sola inspección en ocho meses fue “probablemente insuficiente”. “Con una visita mensual se habría detectado actividad extractiva”, concluyó.