La solución a las rotura del carril bici en un vial de 3,7 millones es "fumigar la hierba" y "aplastar el asfalto" defectuoso
Fue promovido como un ejemplo de perfecta movilidad, de adaptación de viales públicos a las nuevas necesidades de la eficiencia actual y , en realidad, es un problema que nadie hoy parece interesado en solventar de forma realista. Y todo, tras invertir la Junta de Castilla y León 3,7 millones de euros de fondos europeos.
La solución a las 'rotura' del carril bici en un vial de 3,7 millones, con severos desperfectos solo cuatro meses después de que la obra fuera entregada, es "fumigar la hierba" y "aplastar las zonas sobreelevadas".
"Lo que hacen es reírse de nosotros, de los usuarios", remarcan los ciclistas que no pueden utilizar un carril inutilizado por los defectos de la estructura. "Solos ciclistas sin carril bici porque vamos por la carretera con los coches, por aquí es imposible ir", asegura un "deportista, que no usuario del carril bici porque no se puede usar", añaden a Heraldo de León.
Ejemplo de desastre
El carril bici que une San Andrés del Rabanedo y Lorenzana es el perfecto ejemplo de desastre en la ejecución pública: cuatro meses después de entregar el vial la hierba brota en el mismo con una fuerza inusitada y nadie pone soluciones salvo una petición de un informe cuya consecuencia visible es un segundo desastre.
Y todo, cuando ese vial fue anunciado como una prueba "del buen uso de los fondos europeos para conjugar la accesibilidad, la movilidad y la seguridad en nuestras carreteras".
3,7 millones de euros de inversión
Con una inversión de 3,74 millones de euros por parte de la Junta, con cargo a fondos europeos, el proyecto inicial contemplaba la unión mediante carril bici desde San Andrés del Rabanedo hasta Lorenzana, lo que permitirá dar continuidad a un carril idéntico y previo.
La intervención consistía inicialmente "en la construcción de dos ciclovías unidireccionales, al igual que en la primera fase, y adosados a cada uno de los dos márgenes de la carretera CL-623, con 6,1 kilómetros de extensión".
De Villabalter a Cuadros
De este modo se intervenía en el tramo comprendido entre la glorieta que da acceso a Villabalter y el inicio de la travesía de Lorenzana, con lo que se atravesaba los municipios de Sariegos y Cuadros.
Cuatro meses después de la entrega de la obra el resultado es asombroso: ni un tramo sano, hierba que renace entre el asfalto, desniveles y una circulación imposible.
"Un ejemplo del buen uso de los fondos europeos para conjugar la accesibilidad, la movilidad y la seguridad en nuestras carreteras", se advirtió desde la Junta en la antesala de la ejecución de la obra. A la vista del desastre la propia Junta se limitó a advertir que pediría "un informe" sobre lo ocurrido. El resultado lo advierten los propios usuarios: "Veneno para fumigar y una maza para aplastar el asfalto que se levanta".