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Javier Castaño se despide del toreo

El torero leonés pondrá fin a su carrera el 5 de octubre en Zaragoza tras 24 años de alternativa, con una emotiva y polémica carta abierta a los aficionados tras no poder despedirse como él deseaba
Javier Castaño en el tercer festejo taurino en las fiestas de la Vírgen de San Lorenzo de Valladolid. Foto: Leticia Pérez
Javier Castaño en el tercer festejo taurino en las fiestas de la Vírgen de San Lorenzo de Valladolid. Foto: Leticia Pérez

El torero leonés Javier Castaño, afincado en Salamanca desde hace décadas, ha anunciado que su despedida definitiva de los ruedos tendrá lugar el 5 de octubre de 2025 en la plaza de toros de Zaragoza, durante la primera corrida de la Feria del Pilar. 

A sus 45 años y tras una trayectoria profesional de más de tres décadas, Castaño compartirá cartel con Rafaelillo y Antonio Ferreras, en una corrida concurso de ganaderías que lidiará toros de Concha y Sierra, Partido de Resina, Villamarta, Murteira Grave, Peñajara de Casta Jijona e Ignacio Pérez-Tabernero.

Este festejo marcará el final de una carrera que lo llevó a las plazas más importantes del mundo taurino, con momentos memorables como su Puerta Grande en Las Ventas en el año 2000 o sus reconocidas actuaciones frente a ganaderías exigentes.

Una carrera forjada desde la cuna taurina salmantina

Nacido en Cistierna (León) el 28 de febrero de 1980, Javier Castaño se formó como torero en la Escuela de Tauromaquia de Salamanca, a la que ingresó el 13 de noviembre de 1994. Su primer festejo vestido de luces fue en Topas (Salamanca) el 15 de agosto de 1995, donde cortó dos orejas a novillos de Martínez Flamarique.

Tras su debut con picadores en 1999 en San Miguel de Valero, y una destacada trayectoria como novillero que lo llevó a abrir la Puerta Grande de Las Ventas, Castaño tomó la alternativa el 1 de abril de 2001 en San Sebastián de manos de Enrique Ponce y con El Juli como testigo, frente a un toro de Santiago Domecq. Confirmó su alternativa en Madrid el 17 de mayo de 2001 con toros de Mª Carmen Camacho, compartiendo cartel con Ortega Cano y Finito de Córdoba.

Una despedida, una decepción

La noticia de su retirada no ha llegado sola. El propio torero ha querido explicar las circunstancias en una carta abierta dirigida a los aficionados taurinos, en la que lamenta no poder decir adiós en la plaza de toros de Salamanca, su tierra de adopción y donde forjó la mayor parte de su trayectoria personal y profesional.

“2025, mi último año como torero en activo, después de 31 años dedicados en cuerpo y alma a mi profesión”, comienza diciendo Castaño, quien afirma haber tenido “la máxima ilusión de poder despedirme de mi afición, de mi gente, esa que me ha arropado durante toda mi carrera”.

En su misiva, el diestro acusa directamente a la empresa Chopera Toros y a Antonio Barrera de haber impedido su presencia en la feria taurina salmantina:

“No va a ser posible, y no lo será gracias a la empresa Chopera Toros y a Antonio Barrera, que, con una falta de respeto tremenda, han ninguneado a un torero que ha paseado con orgullo el nombre de Salamanca por todos los rincones del mundo taurino”.

"Me iré con la cabeza alta"

Pese al desencanto, Castaño se despide con dignidad y gratitud: “Torear en Salamanca era una cuestión de ilusión, no de necesidad, pues yo me iré del toreo con la cabeza muy alta, orgulloso de los logros conseguidos y con la conciencia tranquila”.

El torero leonés ha querido agradecer también el apoyo de la afición, muy especialmente a sus paisanos: “Mi despedida será en Zaragoza, una plaza que tanto me ha dado a lo largo de mi carrera. Quisiera dar las gracias a toda la afición en general y muy especialmente a mis paisanos”.

Concluye la carta con un tono sereno pero firme: “Con este comunicado doy por zanjada mi ausencia en la Plaza de Toros de Salamanca. Como ya dije una vez: nos seguiremos viendo en las plazas de toros... (menos en las de Chopera). Feliz verano”.

Un adiós con aroma de torería

Javier Castaño deja atrás una carrera marcada por su valentía ante ganaderías duras, su capacidad de conectar con el público, y su trayectoria coherente dentro y fuera del ruedo. Su retirada en Zaragoza promete ser un homenaje a una vida entregada al toro.

Su nombre quedará ligado al de otros grandes toreros que han elegido el adiós en los ruedos con elegancia, autenticidad y un legado forjado entre luces, sangre y arena.