El tiempo

Las nueces

Es el tiempo. Otoño. Como cada año, los nogales nos regalan sus frutos, cuyo consumo muchos, tradiciones locales incluidas, piensan directamente relacionado con la lucidez mental y con la posibilidad de no sufrir deterioro cognitivo en la vejez. Quizá decir que es un regalo, y hablando de vejez, sea mucho, ya que la recolección de nueces te pone en tu sitio, recordándote lo lejos que está el suelo, a fuerza de lomo resentido y riñón doblado. Generosa la Naturaleza, onerosa la recolección, que luego incluye lavado, secado, clasificación y almacenaje. Testigos de la misma, esas manos manchadas de “rebillo”, de difícil limpieza, por la acción de la cáscara verde. 

Relacionar las nueces con la lucidez, más allá del posible beneficio fisiológico, me introduce necesariamente otro concepto: ruido. El refranero me lo trae como definición del actual estado de cosas. Se hable de lo que se hable, a mí todo me parece ruido, de mayor o menos intensidad, pero sólo eso. Mucha palabrería y poca sustancia, “mucho lirili y poco lerele”. A lo peor, y como juntaletras, estoy contribuyendo también en buena medida a aumentar la confusión y a que todo sea menos claro, a que nos perdamos “la nuez” o “la almendra” de los asuntos y nos disipemos con el marasmo de pura chorrada que se nos ofrece.

Un ejemplo de lo que digo puede ser, por ejemplo, el enfrentamiento de esta pasada semana en la “arena” del Congreso de los Diputados de dos de sus integrantes, leoneses para más señas y vergüenza, enfrascados en una vana y absurda discusión sobre responsabilidades de los males de León. Muñoz y Cendón, Cendón y Muñoz, ”tanto monta”, presumiendo ambos de adalides de la provincia, cuando son, en realidad, perpetradores de nuestra desgracia. Eso es ruido. No voy a decir cuáles serían las nueces, porque básicamente consistirían en poder contar con las inversiones y consecución de los proyectos que ambos se echan en cara. Pero eso son nueces virtuales.

Y ahora también los chinos de BYD a fabricar coches en la Z.A.L.I.A, pegadita a Gijón… esto ya sería demasiado hasta para el Principado de Asturias, pero las puertas sí están abiertas y hay posibilidades.

Porque las reales nos vienen en forma de ministro azote Puente, diciendo que lo del Huerna no lo piensa ni tocar, que peaje hasta el 2050 o más allá, que de aquí a allí todos calvos, y que le pregunten a Aznar, que ha perpetuado el latrocinio, y que él, como ministro de España y con sentencia de Bruselas a favor de eliminar el peaje, no puede hacer nada… salvo exhibir rostro de cemento armado. De propina, talleres ferroviarios en León para qué. Y así, que a mí Puente ya me parece el “Ministro para la Desertización Express de León”. Y eso también en la semana en que se reúne con el propio Cendón y con el no siempre bien ponderado, a la fuerza, Presidente de la Diputación de León para estudiar la viabilidad de una terminal de carga en el aeropuerto de León. Promesa de que lo estudiará se han traído, como el que se trae un billete de Lotería Nacional.

Porque las nueces ya están en otro lado, más que probablemente, y que será en el vecino Principado de Asturias, donde su gobierno autónomo ya activa la construcción de un parque logístico y varios polígonos industriales cercanos a Ranón. Nosotros lo podíamos tener en Torneros, con una partida ya consignada hace tiempo, pero la voluntad política no parece ir por ahí. Lo mismo que con la fábrica de baterías, tímida reclamación de El Bierzo, que quedó en agua de borrajas con la instalación de Inobat en Valladolid con inversiones de más de setecientos millones y la más que probable de Umicore en El Musel. Y ahora también los chinos de BYD a fabricar coches en la Z.A.L.I.A, pegadita a Gijón… esto ya sería demasiado hasta para el Principado de Asturias, pero las puertas sí están abiertas y hay posibilidades.

España está claramente “litoralizada”. El plan es, globalización productiva toca, dejar la industria pesada y con más presencia en el mercado internacional pegada a los puertos. Logística y transportes pesan cada vez más en los costes y evitar desplazamientos y portes queda claro que forma parte de la política industrial a medio plazo. Hasta en Valladolid se deberían palpar la ropa, que ya las fábricas de Renault en Marruecos acaparan casi el 20% de producción mundial del fabricante de automóviles.

Ésa, animadversiones aparte, y no otra es la causa de la desertización industrial, económica y poblacional del oeste de España, donde nos ha tocado vivir. No espero más que ruido desde nuestras esferas de poder. No creo que vaya a haber un plan de reactivación porque los lobbies que mantienen ese poder no están interesados en inversiones industriales en esta zona. El modelo que tienen diseñado para León es el de expolio de recursos y ya: viento, sol y agua. Y los “bichos con dientes” que estamos por aquí importamos más bien poco. Irrelevancia social y económica.

Nada tan horizontal y democrático como los concejos y juntas vecinales. La mínima unidad administrativa, pero también la fundamental para que la verdadera voluntad de los administrados tenga peso.

Tenemos que cambiar nuestras expectativas porque ya nada o casi nada nos va a venir desde arriba. Si queremos sobrevivir como pueblo deberemos hacer un esfuerzo extra e intentar funcionar orgánicamente como tal. Debemos pensar que, en buena medida, hemos venido comportándonos como individuos y administrados que esperábamos respuesta a nuestras necesidades como ciudadanos de una Administración supuestamente benefactora. Se ha fomentado el individualismo y hasta el egoísmo. Tenemos que mudar este pensamiento.

Si en alguna medida tenemos capacidad de respuesta es como colectivo. Históricamente ha quedado claro que los logros y los movimientos reivindicativos han tenido éxito cuando ha habido contundencia en las formas y firmeza en el fondo. Pero sobre todo porque ha habido unión.

En León tenemos una tradición que es un auténtico tesoro. Nada tan horizontal y democrático como los concejos y juntas vecinales. La mínima unidad administrativa, pero también la fundamental para que la verdadera voluntad de los administrados tenga peso. Y es otra realidad amenazada. Para empezar, por nosotros mismos y nuestra indiferencia. Para seguir, por los propios ayuntamientos, ávidos de terreno propio y recursos. Para finalizar, el propio aparato de autonomías y Gobierno Central, que prefieren población dócil y desinformada, aparte de con poco poder y conforme con ejercerlo cada cuatro años. Una Ley de Bases de Régimen Local que da a las juntas vecinales un papel casi testimonial hacen el resto.

Y ésa es nuestra fuerza, la de un gigante dormido o anestesiado. Desde la recuperación de la conciencia de lo común y propio es probable que seamos capaces de reactivarnos. De esa actitud, de la acción sobre lo que nos es inmediato y podemos controlar pueden venir grandes cosas. A ver si somos capaces de abstraernos del ruido y centrarnos en las nueces.
Amenazo seriamente con ir dando pinceladas y alguna que otra idea. Espero que algunas sean música… y que alguien sea capaz de poner letra.