Pedro o el lobo

Se acordarán ustedes de la historia del niño pastor, o zagal, al que le gustaba bromear con aquello de que venía el lobo. Tantas veces usó aquel ardid para chasquear a sus vecinos que, el día que de verdad le vio las orejas al cánido, no acudió ni Crístofer, la bestia se merendó unas cuantas ovejas, harta suerte no se mascó también al guaje, lo que le sirvió de escarmiento y propósito de enmienda “para nunca más pecar”.
Al acervo popular ha servido también Serguéi Prokófiev con un poema sinfónico infantil donde Pedro es un joven soviet del ámbito rural, aunque la historia es ejemplarizante de otra manera. El joven héroe caza al lobo después de que éste se despache a sus mascotas con la ayuda de tres cazadores, a los que convence para que juntos lo lleven al zoológico. Todo muy conservacionista. En la URSS de los años treinta sólo cazaba y mataba Stalin. Y no lobos, o no sólo.
No voy a hacer de Pedro, que en este oficio que me he echado ya sé que de poco valen las amenazas y los malos augurios. Estoy más bien como San Francisco. Cuenta la pía y cristiana leyenda que vivía el santo en la ciudad de Gubbio, cercana a Asís, de donde era natural. Amenazaba a la ciudad de aquella la presencia de un lobo terrible, al estilo de los leones devoradores de hombres. Todo aquel que osaba traspasar las murallas de la ciudad lo hacía como para ir a la guerra, tan aterrados los habitantes estaban. Pues eso, Francisco, un tanto kamikaze, decidió ir a entendérselas con la fenomenal bestia. Tanto acierto y pico de oro, que el lobo no sólo transigió con dejar de probar carne humana y aterrorizar a sus potenciales víctimas, sino que hasta se mudó al interior de la ciudad, con el beneplácito de los vecinos, y allí murió de viejo.
Y en este punto y hasta aquí resumo mi postura sobre lo que debe hacer Sánchez, y no es otra cosa que preparar su sucesión ordenada, abrir las ventanas y que la cosa ventile
Y se estarán preguntando ustedes que tanto ringorrango y paliza literaria, musical y de bienintencionada leyenda, a qué jardín de cardos y espinas nos lleva hoy. Pues les reconozco que el título de la columna es sólo evocador. Pedro no es Sánchez y el lobo no es el fascismo, que dicho queda que no soy partidario del caudillismo. Que quien puede ser un problema en sí mismo es fácil que no sea parte de la solución. Probablemente sólo si se aparta.
Y en este punto y hasta aquí resumo mi postura sobre lo que debe hacer Sánchez, y no es otra cosa que preparar su sucesión ordenada, abrir las ventanas y que la cosa ventile, intentar por todos los medios sacar adelante los Presupuestos Generales y hacer de Ferraz una fachada de transparencia y sosiego, no esa cueva que da a entender Óscar Puente, ese ministrillo arrogante que nos tiene el patio de León como unos zorros, que con su reciente comentario sobre la validez o no de José Antonio Díez para ocupar un puesto en la Ejecutiva Federal, no hace otra cosa que agitar el pañuelo del miedo a la regeneración dentro del PSOE. Cuando a uno le huele el trasero a pólvora busca cualquier reguero para sentarse. Cerdanismo o Cendonismo, y hasta Courelismo se están revolviendo. Normal: se saben amortizados.
Y el lobo, decía, no es el fascismo. Eso en la semana de la vergüencita del Congreso del Partido Popular, ese carrusel de colores, a condición de que todos sean azul. De donde sale un Mazón ¡reforzado!, que bemoles tiene la carga de trigo si en todo el País Valenciano no hay un derechista de más calado… pero lo de Mazón no me extraña. Viendo quiénes son el nuevo Secretario de Organización y la Portavoz en el Congreso de los Diputados. Perfiles guerreros, dicen, y es verdad que lo parecen, pero indocumentados a la par. Esta alineación creo que al miope Feijóo se la está haciendo Ayuso, Guardiola entrenando al Real Madrid. Ayuso, que es decir Miguel Ángel Rodríguez, que es decir Aznar, que es decir las FAES, que es decir la imagen política de los auténticos poderes fácticos de España. Los de siempre.
Prodigalidad la de este discreto y a la par conspicuo personaje. No hay palco como el del Santiago Bernabéu
Y ese es el lobo. No es que venga. Es que ha estado siempre. No son ocho apellidos vascos, ni catalanes, ni marroquíes. Son treinta y cinco apellidos del IBEX y “la cuna que los arrolló”.
El otro día les informaba sobre mi desacuerdo con Rufián acerca de que lo primero en el tráfico de amaños y contratos públicos era la presencia de un político con cazo y escudilla dispuestos y no empresarios corruptores. Acuerdo sí tenía en que quizá empresas descubiertas en este trance deberían ser castigadas con no volver a poder concursar. Pero esto es España, hecha la ley la trampa viene sola, y la empresa que castigo hoy mañana quiebra y abre otra en la trasera. Confío ahora en su parte masoquista y les ilustro algunos casos flagrantes de tráfico, amaño y expolio de lo público a ojos vista.
Acciona, la de los Entrecanales, corruptores de “los Koldos”, pero también donantes del PP en las europeas del 2014, si bien en monto ridículo para lo que se acostumbra.
ACS, la de Florentino Pérez, Duque de Castor, donante en Gürtel y Púnica, caja B del PP en Galicia, que igual no tenían otra. Al Presidente del Real Madrid le tenían que hacer patrono de las FAES, pero también de la Fundación Pablo Iglesias. Prodigalidad la de este discreto y a la par conspicuo personaje. No hay palco como el del Santiago Bernabéu.
Ferrovial, otro que tal a diestro y siniestro, con un Rafael del Pino repartiendo para CiU en el “Caso Palau”, colocando a hijos de diputado a cambio de obra, y donando a la Fundación Ideas del difunto Rubalcaba y Caldera, lo mismo que a FAES del innombrable, que creo “siga trabajando en ello”.
FCC, Slim, las Koplowitz, colocando a un hermano de Mayor Oreja, menos escucha, de presidente de su división de construcción. Más que nada para saber repartir y acertar a dar 150.000 euros en efectivo para financiar al PP valenciano. Por cierto, que Jaime Mayor Oreja preside ahora mismo la Fundación ACS de Florentino Pérez. Antes lo llamé Duque de Castor, el famoso depósito fallido, construido a sabiendas de que no podría usarse. Le pagamos por hacerlo y le indemnizamos por cerrarlo. Si no merece el título por semejante mérito, ya me dirán ustedes.
OHL del difunto Villar Mir, que le hinchaba la cuenta B al PP, según los papeles de Granados. De por medio estuvo la antigua lideresa Esperanza Aguirre, vendiéndole un Goya al propio Villar Mir para enjuague fiscal y pérdida de patrimonio ficticia. Y éste sí que consiguió ser marqués y hasta vicepresidente de gobierno y ministro de hacienda por intercesión del lamentado emérito Juan Carlos. Sigue la saga, que su yerno es “compi” de Felipe VI y Letizia I.
Sacyr y el caso Enredadera, una cosa algo turbia de instalación de radares falseando datos de tráfico. Aquí cantó la gallina en forma de Dolores de Cospedal en confesionario con ese ejemplo de transparencia y profesionalidad que es el comisario Villarejo.
Recuerden siempre dónde está el auténtico poder y que a lo mejor hay oportunidad de que se les despiste algún resquicio de humanidad si el gobierno tira un poquillo a rojo
Creo yo que a estas alturas de columna ya habrán tenido que tirar de antiácido. Recuerden siempre dónde está el auténtico poder y que a lo mejor hay oportunidad de que se les despiste algún resquicio de humanidad si el gobierno tira un poquillo a rojo. Y es que el verde ya no es lo que era y ahora mismo se está regodeando viendo cómo les van a votar aquellos cuyo cuello está bajo sus botas y su espalda bajo su látigo “¡Vivan las caenas!”.
Recomendación interesada: acérquense a ese pequeño pueblo de sesenta habitantes, Vega de los Árboles, donde una pandilla de “trastornados” han sacado adelante un festival de Jazz totalmente “pata negra”. Esa Junta Vecinal, con apoyo de ayuntamiento y algún que otro patrocinio, se ha liado la manta a la cabeza y ha tirado por la “España Vacilada”. Sin miedo al lobo.
Dedicado a los ganaderos que sufren una política errática y errónea que no defiende sus reales intereses. Lobo sí, pero pagando.