Tómenselo como quieran

Me declaro cafetero. Lo tomo solo, cargado y corto de agua. A mis años ya tengo muchos amigos que sólo lo toman descafeinado, que el “de verdad” les quita el sueño, y sobre todo a partir de cierta hora de la tarde es como que se tomasen anfetaminas: imposible reunirse con Morfeo. Tengo mucha suerte, a mí no me hace “ni coscas” y creo que en buena medida esa cafetera entera que me meto por las mañanas hace que el resto de la jornada esté un poco más atento, aunque a veces tanta atención sí que debería producirme desvelos.
Y lo tomo sin azúcar. Pero sí soy goloso, y lo dulce, mejor dulce que sólo edulcorado. Vengo notando desde hace tiempo una tendencia absurda a reducir la cantidad de azúcar aparente, con sabores más neutros, proceso al que la industria nos somete en aras de una política de consumo más saludable. Sin embargo el asunto es engañoso porque cada vez nos meten más azúcar en todo tipo de productos, salsas industriales como el “Ketchup”, “barbacoa”, inventos agridulces muy del gusto norteamericano... el malhadado sabor “umami” al que no logro acostumbrarme. Y eso por no hablar de los refrescos, que la llevan en cantidades que puestas sobre el papel negro sobre blanco no dejan de sorprender.
Y es en este escenario contradictorio, donde por un lado se penaliza y hasta demoniza el consumo de azúcar, pero por otro se consiente su incorporación como componente inexcusable para la industria alimentaria, que nos cierran la Azucarera de La Bañeza. Y eso sí que es para que le lleven a uno los demonios. Y empieza la noria de los políticos a girar, entre el reparto de culpas, de responsabilidades y ese figurar, pero que siempre suena a mentirijilla. Escucho a Luis Mariano Santos en Las Cortes decir que todo parece un plan orquestado para destrozar una comarca y una provincia. Atinado me parece el juicio, pero claramente se queda corto: no lo parece, que lo es.
Es absolutamente indigerible escuchar a miembros del gobierno de Mañueco decir que se han enterado del cierre por la prensa. Sólo pensar que no se ha levantado un teléfono por parte de empresa o gobierno autónomo para establecer un cauce de comunicación es un insulto a la inteligencia.
Ahí están nuestra agua para producir energía, nuestros montes para lo mismo, que poco importa el paisaje y el paisanaje, y ahora le toca a la tierra, y a esos agricultores que para próximas campañas, ahora mismo con unos precios en las lonjas que no cubren gastos de explotación, dudarán entre qué cultivo acometen o si dejan la actividad
Si todos pecan por inacción está claro que hay una especial incompetencia o falta de voluntad política de solucionar realmente los problemas. Se ha sabido ahora que la planta de la Bañeza llevaba ya tiempo sin recibir subvenciones por parte de la Junta para modernización de instalaciones, cosa que sí ha ocurrido en Toro y Miranda de Ebro. Recuerden que la Azucarera de La Bañeza no es una industria cualquiera. De ella dependen unos 160 empleos directos y el cultivo de 6000 hectáreas de remolacha, con muchos agricultores involucrados, al punto de que León es la provincia que encabeza la producción a nivel estatal.
Por supuesto que los primeros afectados son los trabajadores de la fábrica, víctimas en este caso de la deslocalización y de la globalización de los mercados, pero también de un claro movimiento especulativo por parte del propietario, el grupo británico “Associated British Foods”, que no deja de ser un inversor con la vista puesta en su facturación milmillonaria y la rentabilidad neta de sus empresas. Nada se escapa a este tipo de “buitres” que tienen que justificar beneficio permanente, pero a los que no les duelen prendas si tienen que falsear resultados y balances. Hablando de prendas: son los dueños de Primark, así que ya saben ustedes dónde pueden “hacer pupa”, que bragas mejores las venden negocios locales de toda la vida y que encima mantienen empleo y tejido social.
Pero de la responsabilidad de esta debacle de empleo y drama humano de paro y ruina tampoco excluyo a los gobiernos, lo mismo al autonómico que al central. Hay un clarísimo proyecto para la provincia de León y no es otro que hacerla objeto de expolio permanente de recursos. Poco importa que se destruya tejido industrial de transformación. Ahí están nuestra agua para producir energía, nuestros montes para lo mismo, que poco importa el paisaje y el paisanaje, y ahora le toca a la tierra, y a esos agricultores que para próximas campañas, ahora mismo con unos precios en las lonjas que no cubren gastos de explotación, dudarán entre qué cultivo acometen o si dejan la actividad. Esa es la realidad. Y el esquema no es nuevo ni debe verse como teorías de la conspiración. Pregúntense a quién pertenece la tierra en países como Argentina, donde hay veinte empresas, multinacionales o no, que controlan entre cien mil y un millón y pico de hectáreas cada una.
Esto de los llamados “call center” pareció en su momento epidémico en León, con una gran cantidad de aperturas, pero es un sector que deslocaliza salvajemente y depende de la contratación de grandes campañas publicitarias y de captación de clientes
Por supuesto que es una cuestión de escala, y no voy a ser tan fatuo de comparar Argentina con León, pero si tienen ustedes, como me pasa a mí, amigos agricultores pueden preguntarles si empiezan a ver grandes compras de terreno por parte de empresas del sector y, sobre todo, si creen que se está dando un relevo generacional suficiente. La semilla para que la tierra cambie de manos, ahora muchas, y se concentre en muy pocas ya está puesta. Y ya no me voy a poner agorero hablándoles de una nueva era medieval, que “caminito de Belén vamos”.
Y cambio el tercio, aunque sigo en varas. Hablando de multinacionales y León, otro palo, esta vez en El Bierzo, donde la multinacional Teleperformance anuncia un ERE para 196 trabajadores de los 280 de la plantilla. Esto de los llamados “call center” pareció en su momento epidémico en León, con una gran cantidad de aperturas, pero es un sector que deslocaliza salvajemente y depende de la contratación de grandes campañas publicitarias y de captación de clientes. Parece ser que se “ha caído“ una muy importante promoción de Vodafone, lo que repercute directamente en el empleo del centro de Ponferrada. Supongo que en breve comenzaremos a recibir publicidad telefónica de Vodafone con extraño acento, cosa a lo que los teleoperadores nos tienen acostumbrados. Mala solución cuando las condiciones de trabajo y los sueldos son distintos y distantes. Por cierto que aquí también ha habido aparición de políticos, unos culpando a otros y viceversa. No puedo estar más de acuerdo: la culpa es de todos ellos, demostrando incapacidad de modo notable y ostensible.
Y hablando de incapacidad, y ya cierro, que hasta yo me canso de repartir: algo que, aunque ya tengo perdida la capacidad de asombro, no deja de indignarme, y que en cualquier empresa privada sería motivo de despido.
Y no es otra cosa que el “olvido” por parte de la Diputación de León de la aplicación de una subvención concedida por la Junta, “del enemigo político” por cierto, para potenciar la seguridad y salud laboral de los trabajadores de ayuntamientos de menos de veinte mil habitantes, que son de los que se ocupa la institución provincial. Pues nada, que como pilló la cosa entre una legislatura y otra, y por lo que sea no se debió hacer apunte contable ni recibo de registro, o se hizo en barra de hielo y a nadie le importó, nos toca ahora devolver a la Junta 800.000 euros en concepto de capital e intereses por la no ejecución. Y nadie se pone ni colorado., pero ni el político responsable, del máximo nivel, ni el ejecutivo encargado, que tampoco es que tenga fama precisamente de diligente en su actividad, que ahí están municipios y entidades menores pendientes de liquidación de subvenciones de ejercicios pasados. Qué gran herencia de liquidez va a dejar esta nuestra Diputación a sus herederos. Darán palmas con las orejas.
Ya les advertía en el título de que se lo tomasen como quisieran. El café.
Esta conducta de políticos, multinacionales y demás ralea, tómensela como lo que es: un insulto.
Como insulto es la no integración de Feve en León, reivindicada este próximo sábado 7 en Madrid ante el Ministerio de Transportes.
Como insulto, y aún más grave porque son vidas las que dependen de ello, el que se hace a El Bierzo, Laciana y La Cabrera con la desatención del Servicio de Oncología en el Hospital de El Bierzo. Manifestación este próximo domingo 8 en Ponferrada. Recordemos que ese “POR MÏ” mañana puede ser “POR TÍ”. Cita ineludible.