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Nadal apela al poder del deporte para "cambiar el mundo"

Como primer deportista investido doctor ‘honoris causa’ por la Universidad de Salamanca, el tenista balear defiende el valor de su práctica como “espacio de encuentro que promueva la convivencia, la cordialidad y el respeto mutuo”
La Universidad de Salamanca inviste como doctor ‘honoris causa’ al tenista español Rafael Nadal, durante la solemne ceremonia desarrollada conforme al antiguo ceremonial en latín en el Paraninfo de las Escuelas Mayores
La Universidad de Salamanca inviste como doctor ‘honoris causa’ al tenista español Rafael Nadal, durante la solemne ceremonia desarrollada conforme al antiguo ceremonial en latín en el Paraninfo de las Escuelas Mayores

Rafael Nadal apeló este viernes al poder del deporte para “cambiar el mundo” y reivindicó su capacidad de “unir a las personas” durante su discurso de investidura como doctor ‘honoris causa’ por la Universidad de Salamanca, durante un acto, celebrado en el Paraninfo de las Escuelas Mayores, que le convirtió en el primer deportista en recibir el máximo honor que concede la institución académica salmantina, ocho veces centenaria.

Nadal, quien, por supuesto, citó al rector perpetuo, Miguel de Unamuno, hizo suyas las palabras de Nelson Mandela y defendió que el deporte “habla a la juventud en un lenguaje que entienden”, así que “puede crear esperanza donde solo había desesperación”. Ganador de 22 títulos de Grand Slam, 14 de ellos en Roland Garros, dos medallas de oro olímpicas y cinco Copas Davis, el tenista defendió el deporte con mayúsculas, sus valores y lo que representa para la sociedad.

“Hoy, al recibir este doctorado, siento que este reconocimiento es también para lo que el deporte representa en la sociedad. Lo recibo con gratitud, con humildad y con el compromiso de seguir trabajando para que el deporte sea una herramienta de crecimiento personal y social.  En un mundo que parece estar en constante división y polarización, creo firmemente que el deporte puede ser un puente, un espacio de encuentro que promueva la convivencia, la cordialidad y el respeto mutuo”, subrayó Nadal.

En su discurso de aceptación del doctorado, el por muchos considerado como el mejor deportista español de todos los tiempos, resaltó los valores que el deporte puede inculcar a las personas, entre los que destacó la disciplina, la humildad, la resiliencia, la pasión y la ambición, “valores que no pertenecen solo al tenis, ni siquiera al deporte, sino que pueden y deben aplicarse en la vida cotidiana”.

Tras manifestar su “enorme orgullo y gratitud” a la Universidad de Salamanca, institución en la que “desde el siglo XIII el humanismo, el pensamiento crítico, la libertad intelectual iluminó a toda la humanidad”, Nadal precisó que “la verdadera ambición no consiste solo en ganar o en alcanzar un objetivo, sino en superarse cada día sin perder nunca de vista lo que realmente importa: los valores que mi familia me enseñaron desde niño. Una ambición sana donde el fin no justifica los medios”.

En un abarrotado Paraninfo, con más de 180 doctores revestidos, miembros de la comunidad universitaria y autoridades, entre las que destacó el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, Nadal consideró que “la práctica deportiva debe ocupar un lugar destacado en los sistemas educativos, porque no solo mejora la salud física, sino que inculca valores que son fundamentales para cualquier profesión y para la vida en sociedad”.

“Espero que mi trayectoria pueda inspirar a otros a luchar por sus sueños, a no rendirse ante las dificultades y a entender que el verdadero éxito no está en el resultado, sino en el camino recorrido, en el esfuerzo, en la actitud y en la forma de afrontar cada reto”, subrayó el tenista de Manacor

Defensa de los valores

Para el rector, Juan Manuel Corchado, la incorporación de Rafael Nadal al Claustro de Doctores de la Universidad de Salamanca es “un orgullo” y, según advirtió en su discurso, conlleva “una importante responsabilidad para ambas partes, pues al aceptar esta distinción, nos comprometemos a defender juntos los valores que usted atestigua: el esfuerzo, la superación y la excelencia”.

El rector valoró las lecciones de “supervivencia y mejora continua” que Nadal ofreció en cada torneo a lo largo de su larga y exitosa carrera deportiva, al tiempo que elogió “su capacidad de renacer con más fuerza” cada vez que la adversidad le puso a prueba. “Nadal representa la constancia y la excelencia a su nivel máximo, esa excelencia que la Universidad procura alcanzar en todas sus acciones. El camino académico no es fácil, requiere esfuerzo, trabajo y constancia. Usted nos ha enseñado que no hay que conformarse, que siempre podemos conseguir más”, añadió.

Corchado también tuvo palabras de cariño hacia los miembros de la familia de Nadal que le acompañaron en el acto celebrado en el Paraninfo: su esposa, hijos, padres y hermana, entre otros. Si el tenista balear citaba las palabras de Mandela, Premio Nobel de la Paz y primer presidente negro de Sudáfrica, el rector citó al periodista John Carlin. “No se puede separar a la persona del deportista, y la persona es lo primero. Rafa ha tenido éxito porque es una buena persona y está respaldado por una buena familia”, afirmó.

El rector ratificó estas palabras y recordó el mensaje que dirige a sus alumnos y alumnas al inicio de cada curso: a la Universidad vienen a aprender, pero también a completar su formación como personas. “En esta Universidad tenemos muy presente el espíritu de la Escuela de Salamanca, un faro del humanismo, como ha dicho su padrino, que hoy, siglos después, sigue estando en vigor e ilumina nuestras enseñanzas, porque el conocimiento sin humanismo pierde todo su valor”, apostilló antes de dar por finalizada la ceremonia.

Escuela de Salamanca

En esta idea de la Escuela de Salamanca profundizó el decano de la Facultad de Educación y padrino del nuevo doctor, Ricardo Canal. En su ‘laudatio’ realizó un recorrido tanto por su “incomparable trayectoria deportiva”, pasando por sus múltiples reconocimientos, como el Premio Príncipe de Asturias del Deporte, Gran Cruz de la Orden del Mérito Deportivo, Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo, Premio Nacional del Deporte en varias ocasiones, para concluir con “su compromiso social, plasmado en programas de educación e inclusión para niños y jóvenes vulnerables”.

Canal consideró este doctorado, que reconoce en Rafael Nadal valores como la humildad, la resiliencia, la disciplina y el compromiso con los demás, como “una renovación y actualización” de la herencia de la Escuela de Salamanca, poniéndola al servicio de los desafíos de nuestro tiempo: “La lucha contra la desigualdad creciente, contra la segregación de las personas con discapacidad, frente al quebranto de valores fundamentales y al olvido de los derechos humanos que en tantas latitudes se ven amenazados”.

“Esa tradición, que convirtió a Salamanca en faro de humanismo y modernidad, late todavía en nuestra Universidad. Y, de algún modo, también se refleja en el modo en que Rafael Nadal ha afrontado su vida y su carrera: con respeto al otro, con un sentido profundo de la justicia y con una defensa de la dignidad, tanto en la victoria como en la derrota. Su manera de entender el deporte, basada en el esfuerzo, la humildad y la entrega es, en sí misma, una forma de reconocer y afirmar la dignidad de la persona”, afirmó en su discurso.