La millonaria modernización del campo 'corta el grifo' a los huertos urbanos y subleva al Órbigo
La millonaria modernización de regadíos en el Órbigo leonés está causando una inesperada oleada de protestas en las localidades de la zona de manos de los pequeños propietarios de huertos urbanos que han visto como el agua que desde tiempos inmemoriales corría por las acequias y cauces de sus pueblos, simplemente, ha dejado de hacerlo. Las críticas, comunes en localidades de una de las comarcas de mayor tradición agraria de la provincia, se centran especialmente en la conocida como 'Presa de la Tierra' y su comunidad de regantes que abarca principalmente a Villarejo y Hospital de Órbigo, pero también a otras poblaciones como Veguellina o Villares, entre otras.
Cierto es que las protestas por la falta de agua en la presa no son nuevas, ya en 2022 se formó la Asociación para la Conservación del Riego de Huertos y del Patrimonio Hídrico, pero lo cierto es que entonces el caudal del agua que corría por las acequias solo estaba disminuyendo. Ahora el problema es que directamente no corre agua, tras una decisión que tilden de "unilateral" por parte de la Comunidad de Regantes de la Presa de la Tierra. "Es indignante", explica Ricardo, un vecino de la zona que desde hace años cuida de un pequeño huerto en la trasera de su casa. "Es una vergüenza", ratifica Enrique, otro vecino en la misma situación.
El daño de la falta de agua va mucho más allá de no poder regar un huerto. De hecho, desde la Asociación que encabeza las protestas no están en contra de la modernización de las grandes fincas, pero piden hacerla "compatible" con el riego de los huertos que están en zonas urbanas y con el paso de agua por los canales que cruzan los pueblos. "La Presa de Tierra no es solo un sistema de presas, acequias o regueros, sino que forma parte del patrimonio cultural de la comarca, conformando un sistema rico en biodiversidad y en riqueza medioambiental", explican.
Riego de huertos, mantenimiento de molinos, mejora del clima...
Por ejemplo, el agua de la presa es "imprescindible" para mantener en uso y preservar los molinos como patrimonio arquitectónico e ingeniería hidráulica. "¿De que sirve tener un molino si no pasa agua? ¿Qué valor tiene eso?", cuestiona Enrique. No solo eso, los afectados defienden que ese agua que ahora se les niega es la base de "un complemento económico importante para las familias debido al autoconsumo de los productos de sus huertas". También indicen en que ese tradicional trabajo en las huertas "reporta una gran dosis de salud tanto física como mental" y en que la "socialización de la población es más efectiva en tanto que se comparten y se intercambian productos de vecindad".
En definitiva, que "las huertas, ubicadas en los alrededores de la casa, aportan un gran valor añadido, siendo un gran aliciente ara que nuevos pobladores se animen a vivir en los pueblos", dice la Asociación. "Son parte de la idiosincrasia de la zona", resume Enrique, quien va un poco más allá y explica que la desaparición de esos pequeños cauces afectará "incluso al clima" dado que también son un refrigerante natural.
Cambios urbanísticos en los pueblos
No solo eso, hay un problema 'oculto' con la desaparición de las acequias que tiene que ver con el urbanismo de los pueblos. "Los ayuntamientos van a tener que cambiar sus normas urbanísticas porque todas están condicionadas por la presencia de los regueros", explica Enrique desde su condición de topógrafo con años de experiencia en obras y proyectos en toda la comarca. "¿Van a quedarse ahí aunque vayan vacíos? Los regueros obligan a dejar caminos de servicio, algunos son linderos y no se pueden vallar... es un gran problema a mayores del que no se está hablando y del que alguien tendrá que hacerse cargo, porque eliminarlos es cambiar la fisonomía y urbanismo de los pueblos, además de romper con una tradición de cientos de años", afirma.
Igualmente, "los pequeños canales que recorren todas las poblaciones de la zona los mantienen los vecinos para que pueda correr el agua a las huertas, si no hay agua, nadie va a limpiar o desbrozar su parte. Nadie está pensando en que también actúan como desagües naturales en caso de crecidas del río o de fenómenos como la dana de Valencia", advierte.
Marcha protesta este sábado
Ante toda esta situación, los vecinos han dicho basta y reclaman que se vuelva a abrir el grifo de la presa y hacerla compatible con la modernización. De entrada, desde la Asociación han convocado una marcha protesta este sábado 2 de agosto a las 11 de la mañana desde el Molino de San Feliz de Órbigo hasta la balsa de riego de Moral de Órbigo. Y aseguran que no pararán hasta que el agua vuelva a correr libre por sus pueblos.