¿Contratarías a un indigente en tu empresa?

Kim Oh-Yeon (Seúl, 1974), publicó en 2024 La fabulosa tienda de la señora Yeom. La protagonista es una maestra jubilada que regenta una tienda 24/7, y a quien no le preocupa tanto enriquecerse, como contribuir a que sus empleados puedan ganarse la vida.

Novela éxito en ventas. No hay lector que no reconozca la ternura y belleza de estas páginas.

En 2025, Kim Ho Yeon vuelve a sorprendernos con Las maravillas de la tienda de Cheongpa-dong. En ella, el lector descubrirá el destino del hijo de la señora Yeom, perdido, al final de la novela anterior, entre las brumas del alcohol y la acedia. 

¿Qué propietario invitaría a cenar cada noche a un indigente en su negocio?

La suciedad, la embriaguez y su olor son barreras sociales.  La señora Yeom supo franquear esas barreras y descubrir la dignidad del hombre oculta bajo un aspecto físico tan deplorable. Negoció con el indigente las condiciones de un trabajo con un sueldo justo, a condición de que se alejase del alcohol.

¿Cómo conoció la señora Yeom a Dokogo, el indigente?

Un indigente de los muchos que sobreviven a los rigores del invierno en las estaciones de trenes de Seúl fue testigo de la sustracción a una anciana, la señora Yeom, de su dinero y documentación y, tras enfrentarse a los ladrones, recuperó y devolvió todo a su dueña. Se trataba de un indigente especial que, debido a la amnesia alcohólica, desconocía su propia identidad.

¿Se puede recuperar la memoria? 

En la novela Dokogo, el indigente, lo consigue como resultado de su empeño en ayudar a las personas que frecuentan el turno de noche. 

¿Teoría literaria dentro de la novela?

El autor de la novela, Kim Oh-Yeon, con la intención de ilustrar el lector sobre el método de trabajo como escritor – inspiración, desarrollo del argumento… - elige la voz de una joven escritora aspirante a dramaturgo, incapaz de encontrar la inspiración y que utilizará la vida del indigente como base para escribir el argumento de su obra de teatro. Escritora y lector descubren al mismo tiempo quién era en realidad Dokogo, el indigente.