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Luis Moro irrumpe en el Musac con 'El bramido de la tierra': "Enfoco la muestra hacia los seres invisibles que no suelen tener voz"

El artista segoviano, Premio Castilla y León de las Artes, presenta casi un centenar de obras en una exposición que interpela al espectador desde el arte y la ecología

El Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (Musac) acoge desde este sábado la exposición El bramido de la tierra, una propuesta del artista visual Luis Moro (Segovia, 1969) que reúne casi un centenar de piezas inéditas centradas en la crisis climática, la metamorfosis y la fragilidad de la vida.

Durante la presentación oficial, celebrada este viernes, el director del Musac, Álvaro Rodríguez Fominaya, subrayó “la potencia simbólica y estética” de una obra que conecta “lo poético y lo crítico” para hacer visible “una realidad que ignoramos hasta que nos sacude”.

Comisariada por el filósofo y crítico de arte Fernando Castro Flórez, la exposición convierte el museo leonés en un verdadero santuario animal, donde conviven ciervos, leones, elefantes, aves y pavos reales en paisajes urbanos vacíos. “A lo largo de la historia del arte occidental, los animales ni siquiera han estado en un segundo plano, sino en un tercero”, apuntó Moro, quien considera que esta muestra “devuelve el protagonismo a los seres que rara vez tienen voz”.

Arte sin humanos: cámaras, calles desiertas y metamorfosis

Una de las claves de El bramido de la tierra es la ausencia de figuras humanas. El mundo retratado por Luis Moro está poblado por animales solitarios que ocupan espacios abandonados, muchas veces observados desde la distancia por cámaras de videovigilancia, símbolos del vacío social contemporáneo.

“La pandemia nos dejó imágenes insólitas: jabalíes en plena ciudad, delfines en puertos vacíos… Esa pausa forzada nos enseñó otra forma de mirar”, recordó el artista. En algunas piezas, el movimiento de unas alas se convierte en alegoría de transformación. “Nuestra vida gira en torno a un péndulo; nuestra muerte no es muy distinta ante ese frágil bombeo”, escribió el autor en uno de los textos que acompañan la muestra.

Entre el rigor científico y la imaginación simbólica

Luis Moro ha forjado su trayectoria a partir de una mirada entomológica: observa, clasifica, registra… pero siempre desde una estética híbrida, que oscila entre el naturalismo y la abstracción. Como apunta el crítico Miguel Cereceda, su obra se aproxima “al arte como un ejercicio de observación científica y, al mismo tiempo, como creación simbólica y emocional”.

En esta ocasión, sin embargo, se aparta en parte de sus conocidos artrópodos —presentes solo en tres obras— para dar paso a animales de mayor escala y presencia emocional. “El ciervo es quizás el símbolo más representativo de esta exposición. Su bramido es el momento en que la naturaleza reclama su protagonismo”, explicó Moro frente a una de las esculturas centrales.

Una llamada a la acción estética y ecológica

Para el comisario Fernando Castro Flórez, la obra de Luis Moro “no es una actividad reaccionaria, sino una urgencia crítica”. En su opinión, el artista plantea una catarsis visual frente a la catástrofe ecológica, construyendo “una hermosa naturaleza” desde lo verosímil y lo azaroso.

El catálogo de la exposición —editado por Musac y diseñado por Jaime Narváez— incluye textos del propio Castro Flórez y del crítico Pedro A. Cruz Sánchez, y reproduce numerosas imágenes de las piezas que integran la muestra.

Actividades abiertas al público

La exposición abre sus puertas al público este sábado 14 de junio con entrada libre de 19:00 a 21:00 h. Además, a esa misma hora, Luis Moro mantendrá una conversación abierta con Fernando Castro sobre los conceptos de la muestra.

Durante el domingo 15, están previstas visitas guiadas gratuitas a las 12:00 y a las 18:00 h, así como un recorrido conjunto por todas las exposiciones temporales del Musac a las 13:00 h.

Una trayectoria internacional con raíz castellana

Nacido en Segovia en 1969, Luis Moro fue Premio Castilla y León de las Artes en 2022. A lo largo de cuatro décadas, ha expuesto en museos de Europa, Estados Unidos y México, incluyendo el Museo Esteban Vicente, el Smithsonian de Texas o el Museo Nacional de la Estampa de Ciudad de México. Ha sido también becado por instituciones como Casa Velázquez, el Círculo de Bellas Artes o el Ministerio de Cultura de España.

El bramido de la tierra consolida en León su papel como una de las voces artísticas más singulares en el cruce entre la creación plástica y la conciencia ambiental. En palabras del propio artista:
“Los animales son un pretexto para hablar de otras cosas. Aunque el universo cuenta una de ellas en cada pequeño ser”.