La Cultural se hunde en Riazor entre errores y falta de acierto ante un Deportivo muy efectivo y superior (3-0)
Dos errores groseros y poca definición enterraron a la Cultural ante el Deportivo de La Coruña. El equipo de Ziganza, sin Chacón y sin Bicho en el equipo inicial, estuvo muy desdibujado en un partido con poca historia para el cuadro este sábado visitante.
A la Cultural se le atragantaron las ausencias y no tuvo una digestión fácil con Yayo en el centro del campo. Solo Mboula, con fogonazos, aportó algo de ilusión en una derrota justa y merecida.
El duelo de tanteo se lo lleva el conjunto coruñés, que ha demostrado que está muy de vuelta. Pegada y efectividad a más no poder. Dominó en algunos tramos la Cultu, pero la calidad individual de los de Hidalgo es algo que está en el top de la categoría.
Los leoneses empezaron dominando el balón, y Thiago Ojeda protagonizó el primer disparo del encuentro en el minuto 5, aunque su intento se marchó por encima del larguero. La Cultu parecía asentada, pero el primer error cambió el guion.
Dos regalos que costaron demasiado
En el minuto 15, un grave fallo de Rodri Suárez en la salida de balón propició el 1-0: su pase quedó corto, lo interceptó Zakaria, que dribló a Badía y marcó a placer. El golpe dejó tocado al equipo leonés, que intentó reaccionar con disparos lejanos de Mboula y Selu Diallo, sin fortuna.
Cuando la Cultural parecía rehacerse, otro error en la entrega terminó por condenarla. En el 23’, una pérdida de Yayo en la medular permitió a Zakaria robar de nuevo y asistir a Mario Soriano, que cruzó el balón al fondo de la red para el 2-0. En apenas diez minutos, el partido se había puesto cuesta arriba.
El resto de la primera parte fue un intento constante de la Cultural por acercarse al área rival. Diallo tuvo la más clara en el 40’, pero su disparo se fue alto con todo a favor. Mboula, muy activo, buscó sin éxito romper líneas por la izquierda. El Dépor, más práctico y sólido, administró su ventaja con inteligencia hasta el descanso.
Yeremay y Zakaria, los dueños del espectáculo
El segundo tiempo comenzó con un cambio en los locales —José Ángel por Gragera— y con la Cultural decidida a recortar distancias. Mboula siguió siendo el jugador más incisivo de los leoneses, generando peligro en el minuto 48 con un centro sin rematador.
El partido, entres claves
Sin embargo, la calidad del Deportivo volvió a imponerse. Yeremay, uno de los futbolistas más desequilibrantes del partido, rozó el tercero con un disparo que se estrelló en el larguero en el 52’. Su actuación, repleta de desborde y talento, desbordó por completo a la defensa culturalista.
A pesar de los cambios introducidos por Ziganda —entraron Bicho, Lucas Ribero y Tresaco para dar aire al equipo—, el cuadro leonés no encontró la manera de inquietar a Germán Parreño. La diferencia de pegada entre ambos equipos fue abismal.
El tercero sentencia y desata la fiesta en Riazor
En el minuto 75, cuando la Cultural intentaba presionar arriba, llegó la sentencia definitiva. Zakaria!, omnipresente, se internó en el área y definió con un disparo cruzado ante Badía para el 3-0. La grada de Riazor estalló en cánticos mientras los locales se gustaban y los visitantes bajaban los brazos.
El tramo final apenas sirvió para certificar la superioridad coruñesa. José Ángel vio tarjeta amarilla, Arnau Comas tuvo que ser atendido tras un golpe, y Bicho rozó el tanto… en propia puerta. La Cultural se despidió de Riazor con la sensación de haber concedido demasiado y de no haber competido al nivel esperado.
Sin reacción ni puntería
La Cultural, con esta derrota, confirma su irregularidad fuera de casa. El equipo mostró intención, pero la falta de precisión y los errores defensivos resultaron letales. Ni siquiera los destellos de Mboula bastaron para despertar a un conjunto plano y sin mordiente en los metros finales.
El Deportivo de La Coruña, por su parte, ofreció una imagen de autoridad. La pegada de Zakaria, la inteligencia de Soriano y la magia de Yeremay fueron demasiado para una Cultural que nunca encontró el rumbo.
Una visita al dentista
Lo había advertido el propio Ziganda antes del encuentro: visitar Riazor siempre es “una prueba exigente”. Y así fue. El Deportivo no solo fue mejor, sino que castigó con dureza cada concesión.
Dos errores groseros y poca definición enterraron a la Cultural. Un diagnóstico claro de un partido que deja a los suyos tocados y al Dépor, otra vez, con la sonrisa del líder que se sabe superior.
