0-1 | Cultural: regreso con sabor amargo en el Reino
Ocho años después, la Cultural y Deportiva Leonesa volvía a pisar el césped del Reino de León en partido de Segunda División. La ilusión en la grada era máxima: 10.621 espectadores tiñeron de blanco las gradas para acompañar a los suyos en una cita marcada en rojo.
Raúl Llona, sabedor de la exigencia de un rival como el Almería, apostó por un bloque bajo más sólido, con cemento en defensa y un plan de partido muy definido: ser compactos y esperar su oportunidad.
Y lo cierto es que el planteamiento funcionó durante buena parte del choque. La Cultural fue reconocible en su nuevo perfil, sobria, ordenada, con Barzic como baluarte en el eje defensivo y Collado muy activo en punta.
Primer tiempo: oficio y resistencia
Desde el pitido inicial, el Almería quiso imponer su jerarquía. Con Baptistao y Embarba como principales amenazas, los andaluces trataron de acorralar a la Cultural, que se mantuvo firme en la cobertura. Rodri multiplicaba esfuerzos en la zaga, Fornos no dejaba respirar a Embarba y Collado, escurridizo, trataba de sorprender en cada desmarque.
La primera parte transcurrió bajo ese guion: empuje visitante, resistencia local y algún destello leonés que ilusionó a la grada. En el minuto 40, Chacón rozó el gol tras un jugadón de Collado, una acción que levantó al Reino. Poco después, Tresaco volvió a intentarlo, mientras que Rodri exhibía intensidad en cada cruce. El 0-0 al descanso se celebraba casi como una victoria parcial.
Cultural, las claves
La Cultural mostró una versión sólida, con un bloque bajo bien trabajado y un centro de la defensa liderado por Barzic y Rodri. El equipo se hizo fuerte por dentro y sostuvo el empuje del Almería durante muchos minutos. Sin embargo, un despiste en la cobertura en el minuto 58 permitió a Baptistao firmar el único gol del partido.
Collado, Tresaco, Chacón y Pibe lo intentaron, pero la Cultural no consiguió traducir su empuje en ocasiones claras. La grada alentó cada intento, pero faltó precisión en los últimos metros para equilibrar el marcador. El equipo crece en fases del juego, pero sigue sin encontrar eficacia ofensiva.
El tramo final fue toda una declaración de las carencias en plantilla: la Cultural acabó el choque con Rodri y el juvenil Nico Toca como centrales. Llona lo reconoció tras el encuentro: la plantilla necesita refuerzos inmediatos y acertar en las incorporaciones para competir en una categoría donde los errores se pagan muy caros.
El gol que cambió todo
El inicio del segundo acto trajo los mejores minutos del Almería. Primero lo intentaron Baptistao, pero fue en el minuto 58 cuando llegó el mazazo: un error en la cobertura dejó solo a Baptistao, que no perdonó ante el desconcierto culturalista. El 0-1 cayó como un jarro de agua fría en un estadio que había empezado a soñar.
La lesión posterior del propio Baptistao, retirado en camilla, no alteró el rumbo del choque. Llona reaccionó con un triple cambio (Manu Justo, Pibe y Víctor) y un esquema más ambicioso, pero el peso del marcador ya jugaba en contra.
La desesperada búsqueda del empate
Con el paso de los minutos, la Cultural fue soltando lastre defensivo y cargando con más hombres el área rival. Collado probó fortuna, Pibe también lo intentó, y Rodri estuvo cerca de empatar en una acción a balón parado en el 78’. Pero el Almería, con oficio, supo contemporizar y enfriar el encuentro.
La grada empujaba, pero la realidad era tozuda: la Cultural terminaba el choque con Rodri y el juvenil Nico Toca como centrales, reflejo de la urgencia que vive el club en la recta final del mercado.
Un final a la desesperada
Los diez minutos de añadido mantuvieron la esperanza hasta el último suspiro. Sin embargo, la Cultural ya estaba muy lejos de la portería contraria, mientras que el Almería incluso rozó el 0-2 en la última acción. El pitido final confirmó la derrota (0-1) y dejó en el aire la misma sensación: ilusión en el regreso, pero también preocupación por la falta de contundencia y efectivos.
Urgencias en el horizonte
El estreno en casa mostró que la Cultural tiene alma y una afición entregada, pero también que necesita reforzarse con urgencia si quiere competir con garantías en Segunda División. Llona lo sabe, el club también, y el partido lo evidenció: en la élite, los errores se pagan y los rivales no perdonan; y todo, con un equipo con muchos problemas en defensa y con carencia evidente de efectivos.
El regreso al Reino fue emocionante, sí, pero el sabor final fue amargo.
