Tres jornadas, cero puntos: la Cultural sigue sin encontrar el rumbo y necesita refuerzos
Tres jornadas, cero puntos. La Cultural sufre lo previsto en Segunda. Pero lo peor, son las sensaciones. Al equipo le falta cuerpo, entidad, patrón y jugadores. Demasiados males como para pensar que puede salir airoso de duelos de tanto nivel como el disputado ante el Sporting.
El conjunto rojiblanco, sin pisar el acelerador a fondo, se llevó el encuentro en El Molinón. Fue superior de principio a fin y la renta en el marcador, incluso, se quedó muy corta.
El Sporting marca territorio desde el inicio
El partido arrancó con un Sporting lanzado y una Cultural a la defensiva. Ya en el minuto 3, Corredera probaba a Badia, que comenzaba su recital bajo palos. El portero leonés volvió a salvar a los suyos en el 5’ y en el 9’, mientras su defensa seguía sin ganar un solo duelo. El asedio rojiblanco era constante: Otero y compañía imponían un ritmo imposible para los de Llona.
El 0-0 en el 20’ era casi un milagro. El Sporting acumulaba un 72% de posesión y llegaba con peligro en cada acción, pero siempre se topaba con Badia. La Cultural apenas logró respirar a partir del minuto 30, cuando Llona adelantó a Collado a la medular para reforzar un 5-4-1 que le dio un poco de aire. Incluso Chacón y Collado tuvieron algún intento aislado antes del descanso, pero la mejor noticia para los visitantes fue llegar vivos al vestuario.
El gol que lo cambia todo
La segunda mitad arrancó con la misma tónica: Sporting dominador, Cultural agazapada. Sin embargo, en el 55’ llegó lo inevitable. Perrin remató en el área pequeña y, con tres centrales en posición, la zaga leonesa volvió a hacer aguas. Gol del Sporting y justicia en el marcador.
Llona trató de reaccionar con cambios: Pibe y Manu Justo entraron al 57’ para dar aire en ataque, y más tarde Yayo para reforzar la medular. El dibujo pasó al 4-2-3-1, y por momentos la Cultural mostró una tímida mejoría. Pibe, con un zapatazo de falta, firmó la mejor ocasión visitante. Pero cada vez que el Sporting apretaba en velocidad, la diferencia quedaba en evidencia.
La Cultural reacciona tarde
En el tramo final, con el reloj en contra, la Cultural trató de adelantar líneas. Chacón lo intentó sin fortuna, y Llona pedía a gritos que su equipo se fuese arriba. El Molinón, con más de 25.000 espectadores, empujaba a los rojiblancos, que apenas tuvieron que pisar el acelerador para sostener el triunfo.
Las cuatro claves del Sporting – Cultural
El portero leonés sostuvo al equipo durante más de una hora. Sus paradas en la primera mitad evitaron una goleada temprana y permitieron a la Cultural soñar con resistir en El Molinón. Sin embargo, tanta dependencia en su figura refleja la fragilidad del bloque.
El sistema de tres centrales no dio solidez. El gol de Perrin en el 55’ es una muestra clara: tres hombres en el área pequeña y ninguno capaz de despejar. La defensa nunca ganó un duelo individual, lo que convirtió cada ataque del Sporting en un suplicio.
Llona intentó agitar el encuentro con los cambios. La entrada de Pibe y Manu Justo dio algo de oxígeno y el argentino firmó la mejor ocasión de los leoneses con un potente lanzamiento de falta. Sin embargo, la reacción llegó tarde y sin continuidad.
El equipo rojiblanco no necesitó pisar el acelerador. Con el control de la posesión, la velocidad en las transiciones y la solidez atrás, los de Gijón dominaron de principio a fin. La diferencia de categoría quedó patente: el 1-0 fue corto para lo visto en el césped.
Los últimos minutos fueron de impotencia leonesa. El Sporting parecía conformarse, mientras la Cultural acumulaba voluntarismo y alguna llegada aislada. Pero ya era tarde: el 1-0 fue inamovible.
Una diferencia de categoría evidente
El choque dejó claro que la Cultural todavía no ha asimilado lo que supone competir en Segunda División. Cada pérdida de balón se convertía en un peligro, cada transición dejaba en evidencia a una defensa superada. El Sporting, sin brillar ni desplegar todo su arsenal ofensivo, fue capaz de controlar el partido con solvencia y administrar el marcador sin sobresaltos.
Más allá del resultado, lo preocupante fueron las sensaciones: un equipo plano, sin patrón de juego y que depende en exceso de las manos de Badia para sobrevivir. Los fichajes aún no marcan diferencias, y las carencias defensivas se repiten jornada tras jornada.
Sin puntos y sin sensaciones
La derrota deja a la Cultural con cero puntos tras tres jornadas y, lo que es peor, con la sensación de que el equipo no tiene argumentos para competir en Segunda. Badia, una vez más, fue el mejor de los suyos. Una conclusión tan clara como preocupante.