Los vecinos de Peñalba salen a limpiar el argayo tras un mes de aislamiento y abandono
La Asociación ‘Valle del Silencio' exige "soluciones inmediatas" ante la inacción institucional que mantiene su carretera principal bloqueada
Vecinos de la localidad de Peñalba de Santiago, en el municipio de Ponferrada, han comenzado a retirar con sus propios medios el argayo que desde hace semanas mantiene cortada su carretera principal, ante la “inacción” de las administraciones y exigen una solución inmediata a esta situación.
Así lo reclama la Asociación de Vecinos ‘Valle del Silencio’, que teme que se pueda producir alguna circunstancia, como un incendio o una emergencia sanitaria, y que los servicios de emergencias no puedan llegar a la localidad dado que esta vía permanece cortada y la del Alto de la Cruz es un puerto de montaña con importantes inclemencias meteorológicas.
Más de un mes aislados
“Peñalba de Santiago, uno de los tesoros del Bierzo y de la provincia de León, lleva más de un mes aislado por el corte de la carretera principal provocado por desprendimientos en la ladera de la montaña. Un mes de incertidumbre, dificultades y abandono, en el que vecinos, visitantes y trabajadores están sufriendo las consecuencias”, indican en un comunicado remitido a Ical.
Añaden que ninguna administración, ni la Junta de Castilla y León, ni la Diputación de León, ni el Ayuntamiento de Ponferrada, han ofrecido soluciones reales y recuerdan que “la única vía alternativa transita por un puerto de montaña, un acceso que en los meses de invierno se corta por nieve y heladas, además de suponer un grave riesgo para la seguridad vial cuando permanece abierto”.
Pérdidas
Ante esta situación varios vecinos comenzaron a retirar rocas con sus propias manos y denuncian que con la llegada de las fiestas algunas familias no podrán acceder a la localidad, además de las pérdidas turísticas.
“El principal motivo de preocupación es el grave deterioro que este aislamiento genera sobre la actividad del pueblo: pérdida de visitantes, perjuicios al turismo rural, dificultades para trabajadores, proveedores y servicios básicos, además de un preocupante daño para la calidad de vida de los vecinos”, insisten.
Los vecinos demandan “obras urgentes para despejar la carretera y estabilizar la ladera”, además de coordinación entre administraciones, información clara sobre plazos y soluciones. “El cierre de la carretera está causando un perjuicio económico y social grave para la gente y negocios del pueblo y si se produjera un incendio en una vivienda o surgiera una urgencia médica grave, ni los bomberos ni las ambulancias podrían acceder a tiempo. Se trata de vidas humanas, de responsabilidades que cualquier administración tiene la obligación de prever. La situación actual no solo es injustificable; es peligrosa y potencialmente catastrófica para vecinos y visitantes”, concluyen.