La Bañeza, contra las cuerdas tras el anuncio del cierre de Azucarera
El cese de actividad de la planta azucarera deja en el aire el futuro de más del 15% de los habitantes de una localidad de apenas 10.000 vecinos
La decisión de Azucarera de cerrar su planta en La Bañeza ha desatado una auténtica crisis en esta localidad leonesa de 10.000 habitantes. El anuncio, realizado este martes a los sindicatos, supone el cese definitivo de la molturación de remolacha, con un impacto directo en más del 15% de la población, que mantenía alguna relación laboral o económica con la planta.
La noticia ha llegado “en el peor momento posible”, como han señalado fuentes municipales, al sumarse a un contexto de despoblación, falta de relevo generacional en el campo y pérdida progresiva del tejido industrial en la provincia de León.
Concentración productiva, despidos generalizados
Azucarera ha comunicado que presentará un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectará a 251 personas en todos sus centros, incluidas sus oficinas de Madrid y Barcelona. El plan contempla también la transformación de la planta de Miranda de Ebro en una simple refinería de azúcar de caña, mientras que la molturación de remolacha se concentrará exclusivamente en Toro (Zamora).
La compañía alega razones “económicas, productivas y organizativas”, entre ellas el coste de mantener tres plantas activas, la caída en la producción remolachera por las nuevas restricciones al uso de fitosanitarios, y una creciente competencia de importaciones más baratas procedentes de terceros países.
La Bañeza pierde su principal motor económico
Desde hace décadas, la Azucarera de La Bañeza ha sido uno de los grandes pulmones económicos de la comarca. Su cierre representa mucho más que la pérdida de 160 empleos directos: afecta también a cooperativas, talleres, transportistas, servicios financieros, agricultores y empresas auxiliares.
La estimación municipal apunta a que unas 1.500 personas se verán directa o indirectamente golpeadas por esta decisión, lo que supone un golpe estructural para una economía ya castigada por el cierre de la minería y la falta de alternativas industriales en la zona.
"Una comarca al borde del colapso"
“El cierre de Azucarera es una tragedia para cientos de familias que viven de la remolacha y todo su ecosistema”, lamentan fuentes sindicales. Desde el Ayuntamiento de La Bañeza ya se habla de “una comarca al borde del colapso” si no se aplican medidas urgentes de compensación y reindustrialización.
Por su parte, la empresa ha señalado que tratará de mantener el apoyo a los agricultores y buscar “soluciones respetuosas” para los trabajadores afectados durante el proceso de negociación. Sin embargo, entre la ciudadanía se impone la desconfianza: “Esto no es una reestructuración, es el desmantelamiento de una tierra”.
El futuro de La Bañeza pende ahora de un hilo, con su principal motor económico detenido y cientos de familias sin horizonte claro.