El juez deja en libertad al presunto pirómano de Bernardo del Carpio ante la alarma de los vecinos
La Policía Judicial de León registró en las últimas horas la vivienda del principal sospechoso de una oleada de incendios que, desde hace siete meses, mantenía en vilo a los vecinos de la calle Bernardo del Carpio. El registro domiciliario fue la derivada de su detención. Sin embargo, pocas horas después, el presunto pirómano está en libertad.
La decisión fue tomada por el juez del Juzgado de Instrucción número 4 de León, que considera que los informes policiales y las pruebas obtenidas durante el registro no ofrecían la consistencia suficiente para mantener al sospechoso bajo custodia.
La libertad del acusado inquieta al barrio
La medida ha dejado una estela de preocupación entre los residentes, que desde hace meses viven con el miedo instalado en la rutina. “Siempre hemos pensado que era él”, repiten muchos de los vecinos, quienes aseguran haber visto al hombre merodear constantemente cerca de los puntos donde se iniciaban los incendios.
El acusado reside en el portal número 16 de la calle, justo enfrente del 15, donde se concentraron la mayoría de los fuegos. “A veces solo tenía que cruzar tres metros para ver cómo ardían los coches”, comentan con frustración algunos residentes.
La investigación sigue, pese a la puesta en libertad
Aunque no se ha revelado el resultado del registro, la Policía sostiene que el hombre detenido es el principal sospechoso de al menos seis incendios en vehículos y daños al mobiliario urbano. Para los investigadores, existe un pirómano activo y lo tienen identificado. Sin embargo, para el juzgado aún no está demostrado que el detenido sea esa persona.
Tras varios interrogatorios en comisaría y la comparecencia judicial, el sospechoso quedó libre, aunque deberá comparecer en las próximas horas ante el juez. La presión vecinal ha crecido en los últimos días, especialmente después del último incendio.
Miedo, impotencia y desconfianza
En el barrio cunde la sensación de vulnerabilidad. Vecinos y vecinas temen que la puesta en libertad del sospechoso dé pie a nuevos episodios de fuego. “Estamos cansados y asustados. ¿Qué tiene que pasar para que se actúe con contundencia? El chico tiene denuncias ya de algunos vecinos. Esto puede acabar mal”, mantienen algunos residentes.
La investigación sigue abierta, pero el temor ha regresado a una calle que soñaba con recuperar la tranquilidad y en la que los vecinos habían felicitado a la policía por su intervención.