León se derrite
León se derrote. Este lunes, última jornada del mes de junio, León ha registrado máximas cercanas a los 35 °C, con un ambiente soleado y sin pronto alivio. La sensación térmica en zonas urbanas alcanza niveles extremos, a punto de superar los 38 °C, lo que convierte el asfalto en un elemento prácticamente inhabitable.
Desde las 13:00 hasta las 16:00 horas, el tráfico peatonal se ha desplomado en calles principales como Ordoño II, Gran Vía de San Marcos o Avenida Independencia, generándose un desierto climático. Solo se han visto paraguas, abanicos, botellas con agua y gente refugiada en los pocos rincones sombreados.
Martes
Este martes 1 de julio, las condiciones se repetirán: cielo despejado, temperaturas máximas de 35 °C, y ambiente urbano al rojo vivo. La sensación térmica sobrepasará una vez más la horquilla de los 38 °C, manteniendo la dinámica de calles casi vacías al mediodía.
Se aconseja a la población limitar sus salidas a primeras horas de la mañana o al caer la tarde y mantenerse bien hidratados, ya que el calor seco y el sol directo amplifican la sensación de agobio.
Miércoles
El miércoles 2 de julio traerá un respiro. La máxima será de 30 °C, pero con la llegada de algunas nubes y probabilidad de tormentas por la tarde. El ambiente será más tolerable, aunque el asfalto todavía conservará calor residual hasta al menos las 11:00 h.
Las tormentas potenciales llegarían a partir de las 18:00, acompañadas de chaparrones y alivio térmico, reduciendo temporalmente el impacto del asfalto y ofreciendo una tregua muy esperada.
Recomendaciones para evitar el calor extremo
Evitar rutas urbanas expuestas entre 13:00 y 16:00 horas, buscar sombra, usar sombrero y beber agua frecuentemente, planificar paseos al aire libre por la mañana temprano o al atardecer y estar atentos al miércoles por la tarde a posibles tormentas, que por fin aliviarán el calor acumulado.
Así, este inicio de semana en León se convierte en una prueba de resistencia al calor urbano. Las superficies selladas y la falta de sombra intensifican la sensación térmica, hasta el punto de convertir trayectos cotidianos en experiencias extremas. La llegada del miércoles promete aportar algo de frescor, pero mientras tanto, el asfalto sigue marcando un ritmo infernal: el corazón de la ciudad late en silencio bajo el peso del sol.
