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León XIV, un Papa que ya conoce León

Robert Francis Prevost, elegido como Papa León XIV, visitó León en 2002 como Prior General de los agustinos y fue distinguido por su cercanía y conocimiento del mundo hispano.
 
Robert Francis Prevost, elegido como Papa León XIV, visitó León en 2002 como Prior General de los agustinos y fue distinguido por su cercanía y conocimiento del mundo hispano.
Robert Francis Prevost, elegido como Papa León XIV, visitó León en 2002 como Prior General de los agustinos y fue distinguido por su cercanía y conocimiento del mundo hispano.

El nuevo Papa, Robert Francis Prevost, no solo ha elegido como nombre pontificio "León XIV", sino que también guarda un recuerdo personal y emotivo ligado a la ciudad de León, España. Este vínculo se remonta a hace más de dos décadas, cuando su papel en la Orden de San Agustín lo llevó a visitar el histórico colegio de los agustinos en la localidad leonesa de Oteruelo de la Valdoncina.

La visita de un agustino ilustre

En 2002, Prevost, entonces Prior General de la Orden de San Agustín, acudió a León con motivo de la celebración del centenario del colegio de los Agustinos, uno de los referentes educativos de la ciudad. Su presencia no pasó desapercibida: presidió una misa en el colegio, participó en una comida fraterna con religiosos y antiguos alumnos, y fue reconocido como Asociado de Honor por la Asociación de Antiguos Alumnos, que le impuso una insignia conmemorativa.

Español fluido y cercanía pastoral

Durante su estancia en León, llamó la atención no solo por su impecable dominio del español, sino también por su cercanía y sensibilidad hacia la realidad social y pastoral de España y América Latina. Estos rasgos, cultivados durante sus más de 40 años como misionero en Perú y su contacto constante con comunidades hispanas, se consideran hoy cualidades clave para su elección como el nuevo Pontífice.

León, símbolo y recuerdo

El nombre León XIV adquiere ahora un doble significado: por un lado, como elección papal cargada de tradición, y por otro, como guiño afectivo a una ciudad que lo acogió con afecto cuando todavía era un alto cargo de su orden religiosa. Aquel viaje, que muchos en la comunidad agustiniana de León aún recuerdan con gratitud, marca un capítulo más en la historia compartida entre la ciudad y el Vaticano.