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365 leoneses | Sergio San Martín, estudiante

"Llevar al Nazareno a Roma fue algo único, como también lo fue crear el Copeo Cazurro"

A sus 20 años, Sergio San Martín Olmo ha acompañado al Nazareno hasta Roma, ha creado un evento como el Copeo Cazurro y sigue soñando con hacer cosas grandes en León sin dejar nunca de lado sus raíces
Sergio San Martín.
Sergio San Martín en Roma junto al Nazareno.

Tiene sólo 20 años, pero ya ha organizado un evento multitudinario, ha caminado junto al Nazareno por Roma y sueña con transformar el futuro sin perder de vista sus raíces. Se llama Sergio San Martín Olmo, estudia Ingeniería Eléctrica en la Universidad de León, y es uno de esos leoneses que no se conforman con ver pasar las cosas: quiere hacerlas.

"Soy un leonés con muchas ganas de hacer cosas nuevas y con mucho amor hacia su tierra", se presenta. "Me encanta la tecnología, el emprendimiento, la pintura, el deporte… pero también pasar tiempo con mi familia y amigos. Y sobre todo, vivir la Semana Santa, que es una de las partes más importantes de mí".

Desde la Iglesia de Santa Nonia, donde ha vivido innumerables momentos con su Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, hasta los veranos en su querido pueblo, Mansilla Mayor, Sergio tiene bien definidos sus pilares: la tradición, la familia y el deseo de construir algo nuevo.

El Copeo Cazurro: de una idea a una identidad

Una de sus iniciativas más sonadas ha sido el Copeo Cazurro, un evento universitario que ha mezclado la esencia de las fiestas de pueblo con el espíritu estudiantil de León. "La idea surgió después de organizar una capea, que es bastante compleja por los trámites y los costes. Entonces decidí transformar aquello en el Copeo Cazurro, que mantiene la fiesta sin las vaquillas, pero con el mismo espíritu de celebración popular".

Inspirado por fiestas como las espichas y el ambiente veraniego de los pueblos leoneses, Sergio quiso que los estudiantes no tuvieran que esperar al verano para vivir algo así. "El nombre refleja nuestra esencia: somos cazurros y estamos orgullosos de serlo".

El evento, que reunió a 300 personas en Santa María del Páramo, fue mucho más que una fiesta: "Barra libre, música variada, charanga, cena y un viaje en autobús que ya es parte de la experiencia. Y además merchandising propio, con un león cazurro con gafas de sol como mascota".

Pero no todo ha sido sencillo: "Coordinar tiempos y personas fue el mayor reto. Lo hice prácticamente solo en la parte organizativa, aunque tuve el apoyo de un gran equipo: los RRPPs, los DJs, el equipo de sonido, patrocinadores, gente del pueblo… y por supuesto mi familia y amigos. Sin ellos no hubiera sido posible".

Un proyecto con futuro

Aunque el evento se hizo en Santa María del Páramo, Sergio no oculta que le encantaría llevar algo similar a su pueblo, Mansilla Mayor. La respuesta del público en esta primera edición fue muy positiva, "incluso mejor de lo esperado teniendo en cuenta que llovió". 

Y sí, como muchas primeras veces, el evento requirió de inversión personal, pero eso no le ha hecho retroceder. Al contrario, ya piensa en el futuro del proyecto: "Creo que hay mucho por hacer en León. Llevamos años viendo las mismas cosas, y hay que innovar", sentencia.

Las capeas: tradición con respeto

Además del Copeo, Sergio también ha impulsado capeas, con una intención clara: acercar a los jóvenes a una parte de las tradiciones rurales leonesas que muchos no conocen. "Quiero que vivan el ambiente de un evento taurino, no solo por el animal, que siempre es respetado, sino por todo lo que lo rodea: la música, la emoción, la comunidad".

Tiene claro que parte de la juventud sí se siente unida a estas costumbres —"sobre todo en la zona de Campos"—, pero cree que hace falta "dar la oportunidad a los que no lo han vivido de descubrirlo. Si les gusta, perfecto. Si no, al menos sabrán lo que es".

De León al corazón de Roma, con el Nazareno

Hace apenas unas semanas, Sergio vivió una de las experiencias más emocionantes de su vida: acompañó al Nazareno de León hasta Roma en una peregrinación histórica que unió fe, tradición y orgullo leonés más allá de nuestras fronteras. "No podía faltar. La Semana Santa forma parte de mí desde siempre. No es solo en abril, la vivo todo el año, y esta era una ocasión única para mostrar fuera lo que significa para nosotros".

Para Sergio, no fue un simple viaje. "Llevar una de nuestras imágenes más queridas hasta el Vaticano fue algo emocionante, casi indescriptible. Y hacerlo caminando, como se vive aquí, con ese recogimiento y sentimiento... fue muy especial".

Además, la ciudad acompañó: "Roma me fascina. Es la tercera vez que voy y siempre me deja sin palabras. Ver al Nazareno en esos escenarios tan imponentes, rodeado de historia y espiritualidad… fue como unir dos mundos que me definen: mi fe y mi amor por lo universal, pero siempre con León como raíz".

Un leonés con las ideas claras

El próximo año, Sergio estudiará en Connecticut, Estados Unidos, pero ya piensa en volver. "Mi tierra no deja de ser mi lugar favorito. Me encantaría construir mi futuro aquí, en León. Quiero seguir creciendo el proyecto del Copeo, pero también apostar por la tecnología, que es otra de mis grandes pasiones. Creo que aquí también hay oportunidades para innovar".

Por último, lanza un mensaje a los jóvenes que como él quieran hacer algo diferente en León: "Que no duden. Por León vale la pena. A veces cuesta que las ideas calen, pero con ganas, tiempo y paciencia todo se consigue. Y si es para mantener vivas nuestras tradiciones, aún más", concluye.