Roma aguarda al Nazareno: León quiere dejar su huella en el Jubileo
Roma ya espera la llegada de uno de los símbolos más poderosos de la Semana Santa leonesa: Nuestro Padre Jesús Nazareno.
La emblemática talla avanza en su camino hacia la capital italiana para participar en la gran procesión del Jubileo de las Cofradías, en un acontecimiento que marcará un hito tanto para la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno como para la ciudad de León.
Un viaje de fe y devoción
El Nazareno completó este lunes la primera etapa del trayecto, recorriendo los 786 kilómetros hasta el puerto de Barcelona, donde le esperaba un ferry con destino a Civitavecchia.
A bordo viajan también el Cirineo, los instrumentos y vestimentas de la banda, y los enseres procesionales, todo cuidadosamente distribuido en una caravana de vehículos que refleja la magnitud de esta expedición. Tras 22 horas de navegación y otros 85 kilómetros por tierra, la expedición llegará al hotel base en Roma.
Un calendario repleto de actos en lugares emblemáticos
La talla permanecerá expuesta el viernes 16 de mayo en la basílica de Sant’Andrea della Valle, donde se celebrará un besapié de 9:30 a 20:00 horas. A mediodía, la basílica acogerá una eucaristía presidida por el obispo de León, Luis Ángel de las Heras, y un concierto de la agrupación musical de la cofradía.
Ese mismo día por la tarde, los hermanos y acompañantes participarán en la peregrinación a la Puerta Santa de San Pedro del Vaticano, mientras una representación acudirá al acto inaugural del Jubileo en San Juan de Letrán.
El Nazareno procesionará por las calles romanas
El momento más esperado llegará el sábado 17 de mayo a las 14:00 horas, cuando la talla leonesa desfile por la Via Claudia junto a otras imágenes de todo el mundo en la gran procesión del Jubileo. Será la primera vez que la imponente imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno recorra las calles de Roma, llevando consigo el espíritu de León y su rica tradición cofrade.
Un símbolo que trasciende fronteras
La participación en este Jubileo supone mucho más que un acto religioso: es una oportunidad para mostrar al mundo el arraigo, la fe y el patrimonio cultural de la Semana Santa leonesa. Roma no solo acoge una imagen; recibe a una ciudad entera que camina con ella, orgullosa de ver cómo el Nazareno se convierte en embajador espiritual y cultural de León ante la mirada del mundo.