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Una treintena de símbolos franquistas deberán ser retirados de León al publicarse en el BOE

El listado, que se publicará en el BOE en noviembre, recogerá al menos una treintena de vestigios en 23 municipios de la provincia, la mayoría en la capital leonesa
Símbolos franquistas en la localidad de La Bañeza.
Símbolos franquistas en la localidad de La Bañeza.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció este miércoles en el Congreso de los Diputados que el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicará antes de que finalice noviembre el catálogo oficial de símbolos franquistas, en cumplimiento de la Ley de Memoria Democrática, aprobada en 2022.

El listado, elaborado por el Ejecutivo a lo largo del último año, recoge elementos considerados contrarios a la memoria democrática que deberán ser retirados del espacio público de manera obligatoria, según establece la norma.

“Se trata de que estos vestigios sean retirados de una vez por todas”, afirmó Sánchez en respuesta a una pregunta formulada por la diputada de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, quien exigió medidas concretas contra la exaltación del franquismo en calles y plazas.

León, entre las provincias con mayor número de símbolos franquistas

Según los datos recogidos en la plataforma deberiadesaparecer.com, impulsada por la Fundación Jesús Pereda de CCOO, la provincia de León alberga al menos 31 símbolos franquistas, repartidos en 23 localidades. De ellos, diez se encuentran en la ciudad de León, el municipio con mayor número de vestigios.

Le siguen Valdevimbre, con cuatro símbolos, y otros municipios como La Bañeza, Toreno, Arganza o Villafranca del Bierzo, donde aún se conservan lápidas dedicadas a los caídos o inscripciones con simbología vinculada al régimen de Franco. En Castrocontrigo persiste también un monumento conmemorativo de esa época.

En el listado provincial figuran también municipios como Ponferrada, San Andrés del Rabanedo, Villablino, Valencia de Don Juan, La Robla, La Vecilla, Palacios del Sil, Villamontán de la Valduerna o Pajares de los Oteros, entre otros.

De calles a lápidas: los vestigios señalados en el catálogo

La tipología de los elementos franquistas detectados en León es diversa. La mayoría son placas conmemorativas, nombres de calles, glorietas o travesías que aún conservan la nomenclatura de la dictadura. En total, estos elementos urbanos representan 31 casos señalados (que podrían ampliarse) para su futura eliminación o sustitución.

A ellos se suman cinco lápidas con dedicatorias a los “caídos” que permanecen en cementerios o espacios públicos de Toreno, Arganza, Villafranca del Bierzo, San Esteban de Valdueza y La Bañeza.

Todos estos elementos están ya recogidos en el mapa interactivo disponible en la web del proyecto deberiadesaparecer.com, que permite la geolocalización y consulta de cada símbolo.

Castilla y León, una comunidad con más de 360 vestigios

En el conjunto autonómico, Castilla y León alberga 363 símbolos franquistas, entre placas, escudos, relieves y nomenclaturas. La mayoría se concentran en provincias como León, Burgos o Soria, siendo especialmente significativos los monumentos de gran tamaño como la Pirámide de los Italianos (Valle de Valdebezana), el Monumento a Mola (Alcocero de Mola) o el Águila de Sagardía (Cilleruelo de Bricia), todos en la provincia de Burgos.

La normativa también afectará a municipios que aún conservan en su nombre referencias franquistas, como San Leonardo de Yagüe (Soria) o Quintanilla de Onésimo (Valladolid), cuya modificación requerirá acuerdos institucionales.

Un proceso de revisión con participación ciudadana

La plataforma deberiadesaparecer.com, en colaboración con la Fundación Jesús Pereda, ha abierto un formulario público para recoger nuevas localizaciones y actualizar el catálogo, con el objetivo de “iniciar un debate social sobre la permanencia de estos símbolos y las acciones necesarias para su retirada”, explican desde la organización.

Con la próxima publicación del listado en el BOE, los ayuntamientos estarán legalmente obligados a actuar. De no hacerlo, el Estado podrá intervenir directamente. Se abre así una nueva etapa en la aplicación de la Ley de Memoria Democrática, que busca cerrar definitivamente el capítulo de la exaltación franquista en el espacio público.