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365 leoneses | Constantino Álvarez, veterinario

"La veterinaria no es solo curar animales, es pasión, formación continua y compromiso"

Veterinario con vocación de campo, Constantino Álvarez vive entre granjas y la nutrición animal, llevando la pasión por la sanidad animal desde León a cada rincón de la ganadería española
Constantino álvarez
El leonés Constantino Álvarez.

Si hay alguien que ha dedicado toda su vida a la veterinaria en León, ese es Constantino Álvarez. Desde sus primeros pasos en la Facultad de Veterinaria de León, donde estudió entre 1990 y 1996, hasta asumir hoy la dirección técnica de vacuno de carne en una multinacional, su historia es la de un profesional que ha hecho de su pasión su carrera.

La Facultad y los primeros pasos

"No lo tenía muy claro, pero sobre tercero de BUP empecé a decidirme por estudiar veterinaria", recuerda. Gracias a su expediente y la nota de selectividad, logró entrar directamente en la Universidad de León, una de las más demandadas y un referente nacional en la formación de esta profesión. Aquella etapa la recuerda con mucha nostalgia. "Convivimos con amigos y fuimos cogiendo cariño a la veterinaria", dice.

Tuvo la oportunidad de realizar prácticas en Boñar con Fernando Alonso y en Valencia de Don Juan con José Manuel López. "Me enseñaron bastantes cosas y siempre les estaré eternamente agradecido", señala. Tras graduarse en 1996 comenzó a hacer trabajos de clínica con grandes animales consolidando sus conocimientos prácticos y entendiendo que la verdadera formación va más allá de los libros.

Aprendiendo en el campo y primeros contratos

Su primer contrato formal llegó en 1997 con campañas de saneamiento ganadero para tuberculosis y brucelosis en vacuno y ovino, para la Junta de Castilla y León en la provincia de Palencia. Al poco tiempo, asumió responsabilidades en la antigua cooperativa Coporle, alternando tareas en la gestión de explotaciones porcinas y la clínica de leche. "Fueron años donde aprendí un montón de mi profesión y fui cogiendo cariño a la veterinaria", dice.

En paralelo, gestionó explotaciones porcinas de Producciones de Galicia, empresa que contaba con granjas en León, asumiendo la responsabilidad de la nutrición, la sanidad y la producción de las granjas. Esta etapa resultó clave en su trayectoria profesional porque le permitió dar el siguiente paso en su carrera, ya que se trataba de una empresa con un peso relevante en el noroeste del país.

De León a la multinacional

En 2004 dio un salto importante al incorporarse a Cargill SA, combinando labores técnicas con tareas comerciales. “Fue un cambio radical, pero me permitió seguir formándome y reafirmando mi pasión por mi profesión”, explica. Junto a sus compañeros, desarrolló programas de nutrición y producción porcina que se consideraron novedosos en España, casi como un máster práctico de varios años.

Tras la adquisición de Cargill por Nanta en 2010, Constantino amplió su trabajo al área de rumiantes de carne, cubriendo vacuno y corderos en Castilla y León, Asturias y Santander. Y, desde ese año ahí sigue como técnico comercial. “Desde el primer día entendí que para poder vender nutrición animal había que dar un servicio de calidad, y creo que gracias a Dios no me ha ido mal”, asegura.

Liderazgo y futuro

"Este año también he tenido un cambio fuerte en mi carrera". Desde septiembre, el leonés ejerce como director técnico de vacuno de carne en una empresa líder del sector de la nutrición en España y Portugal. En la actualidad comparte la responsabilidad del área con otro compañero, aunque en 2026 asumirá la dirección en solitario. “Será un reto muy grande, pero afronto esta etapa con ilusión y muchas ganas de empezar a desempeñar el cargo y alcanzar los objetivos que nos hemos marcado”, afirma.

Una profesión que no deja de aprender

Constantino a pesar de llevar años en la profesión aún continúa creciendo con la misma ilusión que en sus comienzos. "Nunca te puedes estancar. Desde que acabamos la carrera no se termina de estudiar; hay que seguir formándose toda la vida", afirma.

Finalmente, agradece a quienes han acompañado su camino: “Me gustaría agradecer a dos personas muy importantes, mi actual jefe José María Bello y mi mentor en vacuno de carne Joan Riera, que me enseñaron y formaron, y a quienes estaré eternamente agradecido”.

Con más de 25 años de trayectoria, Constantino Álvarez representa la combinación perfecta de vocación, experiencia y pasión. Y siempre recuerda sus raíces: la Facultad de Veterinaria de León, cuna de su formación y del cariño que sigue sintiendo por la profesión y por la ciudad que lo vio crecer como veterinario. "La veterinaria para mí no es solo curar animales, es pasión, ciencia y compromiso", sentencia.