Crecen las críticas en el PSOE por el manejo del caso Salazar y se agrava la crisis interna
El descontento por la gestión del expediente abierto a Francisco Salazar, antiguo responsable socialista acusado de presunto acoso, se ha extendido por diversas estructuras del PSOE. Dirigentes territoriales y cuadros próximos a Pedro Sánchez reconocen que el clima es “muy tenso” en chats internos y grupos de trabajo donde se multiplican los reproches hacia la Secretaría de Organización, encabezada por Rebeca Torró.
Dentro del partido existe la sensación de que la irritación supera episodios anteriores que dañaron la imagen de la organización, incluidos los que afectaron a exsecretarios de Organización como José Luis Ábalos o Santos Cerdán.
Malestar por la respuesta tardía a las denunciantes
El retraso en el contacto con las mujeres que denunciaron a Salazar —producido meses después de la apertura del caso— ha encendido los ánimos de la militancia. Pedro Sánchez reconoció el sábado que la organización no actuó con la agilidad necesaria y atribuyó la demora a la falta de recursos en la Oficina contra el Acoso del partido.
El reconocimiento del error, hecho durante los actos institucionales por la Constitución en el Congreso, no ha logrado frenar el debate interno, que exige transparencia sobre cómo se tramitó el expediente y qué pasos se dieron durante los últimos meses.
La fotografía de Pilar Alegría, otro foco de polémica
La imagen de la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, compartiendo mesa en un restaurante madrileño con Salazar cuando éste ya había sido apartado y existían denuncias formales, ha acentuado la crisis.
Fuentes del partido admiten que la fotografía ha provocado un daño notable a la credibilidad de las medidas adoptadas por el PSOE, al proyectar ante la militancia que el distanciamiento con el exdirigente no era total. Desde Moncloa insisten en que Salazar no mantiene vínculos profesionales ni con el Gobierno ni con el PSOE o el PSC.
Exigencia de una resolución que cierre el conflicto
A pesar de que Salazar causó baja en el partido y ya no puede ser objeto de sanciones internas, diversos dirigentes reclaman culminar el expediente abierto para emitir una resolución clara sobre los hechos investigados. Consideran que dejar el proceso inconcluso ampliaría la desconfianza y prolongaría una crisis que califican de “seria” y “desagradable”.
El intento de Ferraz de calmar los ánimos mediante una nota interna en la que admite errores y detalla la cronología de actuaciones no ha resultado suficiente para quienes exigen una explicación detallada y definitiva que permita recuperar la confianza de la militancia.