Dolor, lágrimas y rabia en el último adiós a Saray Arias, la joven universitaria fallecida en Nápoles

El silencio solo se rompía por los sollozos. Alcoba de la Ribera, una pequeña localidad leonesa perteneciente al municipio de Cimanes del Tejar, se vistió este martes de luto para despedir a Saray Arias Fernández, la joven estudiante berciana de 20 años que perdió la vida en Nápoles tras un trágico atropello el pasado 19 de septiembre.
Han pasado 18 días desde aquella madrugada negra en la ciudad italiana, y hoy el pueblo que acogía a su familia se ha quedado pequeño. Decenas de personas —vecinos, amigos, compañeros de universidad y representantes institucionales— se reunieron en la iglesia parroquial para rendir un último y sentido adiós a la joven.
Una despedida llena de emoción
En el templo, una fotografía de Saray, rodeada por decenas de velas dispuestas en forma de corazón, recordaba el enorme dolor provocado por su ausencia.
Durante la ceremonia, el párroco pidió fuerza para los padres de la joven y pronunció unas palabras de ánimo y esperanza frente a la tragedia causada por el fatal accidente. Todo ello, en un ambiente de duelo, tristeza y rabia contenida.
Una vida truncada en Nápoles
Saray había viajado a Nápoles a comienzos de septiembre para comenzar su programa Erasmus en Turismo y Gestión. La noche del viernes 19 de septiembre, cuando regresaba a casa junto a dos amigas, fue atropellada por un Land Rover que circulaba a gran velocidad por el Corso Umberto, una de las avenidas más transitadas de la ciudad.
El impacto causó a la joven heridas de extrema gravedad. Fue trasladada de inmediato al Hospital del Mare, donde los médicos intentaron salvarle la vida durante horas. Sin embargo, falleció a las ocho de la mañana.
Un conductor investigado por homicidio
El conductor del vehículo, identificado como A.C., de 18 años y residente en la zona del Vesubio, apenas llevaba semanas con el carné de conducir. Tras el accidente, declaró a la Policía Municipal: “No sé cómo ha podido pasar esto. No vi a esas chicas, no vi nada...”.
La Fiscalía de Nápoles lo ha incluido en el registro de investigados por homicidio imprudente. El lugar del accidente, en el número 81 de Corso Umberto, se convirtió entonces en un improvisado altar. Compañeros de universidad y vecinos italianos dejaron flores, velas y mensajes de cariño. En uno de ellos podía leerse: “Buen viaje, pequeño ángel”.
A ese dolor se ha sumado el vivido este martes en Alcoba de la Ribera. “Se ha ido una joven llena de vida, con sueños por cumplir y un futuro brillante por delante”, se aseguraba recientemente durante un emotivo homenaje en la Universidad de León donde cursaba sus estudios.