"Estamos jodidos, las llaman vienen hacia Riaño"
El monte de Hormas, considerado por muchos vecinos como el “refugio del alma” de Riaño, está siendo devorado por un incendio que avanza con violencia en la montaña leonesa. “Es el fin de una era en la montaña. Esto se acabó, amigos riañeses”, escribía un vecino en redes sociales al ver cómo las llamas consumían el bosque protegido, catalogado como Zona de Reserva dentro del Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre.
La desesperación también se refleja en las palabras del alcalde, Senén Presa, quien reconoce la magnitud de la catástrofe: “El tema está jodido. Estamos jodidos. El fuego ha entrado en el valle y tememos que llegue al pueblo".
"Ya ha pasado por Barniedo, Portilla, Espejos y Villafrea, y ahora camina hacia Valverde de la Sierra. Estamos levantando un cortafuegos de 50 metros para contenerlo antes de que pueda bajar a Riaño, pero esto es una catástrofe para la zona”, sentencia.
Todo el pueblo, unido en el cortafuegos
Fasgar: “Esto solo se parará cuando llueva”
A 130 kilómetros de allí, en Fasgar, otro incendio mantiene en vilo a los vecinos. Miguel, uno de los residentes desalojados, no oculta su frustración: “Estamos bien, bien desorganizados, así que esto solo se parará el día en que empiece a llover”.
El fuego se originó el 8 de agosto y, tras seis días de propagación, obligó a desalojar a centenares de vecinos. En plena noche, muchos de ellos se organizaron para combatir las llamas con sus propios medios. “Nos reunimos jóvenes y mayores a través de un grupo de Whatsapp. Apagamos cerca de 200 metros de fuego y conseguimos salvar el pueblo”, relata Miguel, convencido de que “el cortafuegos sirvió para algo” pese a que “los demás los ha saltado el fuego”.
Este vecino, que se define como “experto en incendios”, critica además la gestión de los medios: “Se están gastando recursos innecesariamente. Llegan coches que luego se dan la vuelta y mandan a la máquina a trabajar, pero sin vigilancia después es inútil. Un fuego al inicio lo apagas hasta con una zapatilla, pero cuando se descontrola ya es imposible”.
Valdeón respira, aunque el daño ya está hecho
En el valle de Valdeón, la situación es menos dramática gracias a la meteorología. La llegada de la niebla ha impedido la intervención aérea, pero al mismo tiempo ha frenado el avance del fuego. “La situación ha mejorado mucho respecto a ayer. El avance se ha contenido y el peligro es menor, aunque el daño ya está hecho”, explica David, vecino de la zona.
Una provincia cercada por las llamas
Los incendios forestales han puesto a prueba la resistencia de los pueblos de la montaña leonesa. Riaño, Fasgar y Valdeón son solo tres ejemplos de una catástrofe que ha dejado paisajes devastados y comunidades heridas. El futuro del monte, coinciden los vecinos, dependerá tanto de la respuesta inmediata como de la gestión a largo plazo del territorio.