"Aquí nos quedamos, no nos vamos": los vecinos de Valdeón se plantan frente al fuego que arrasa la provincia
Los vecinos del Valle de Valdeón viven horas de máxima tensión. Mientras los incendios forestales asolan León “por los cuatro costados”, en Posada de Valdeón y las localidades cercanas los habitantes han tomado una decisión firme: resistir.
“Aquí no viene nadie, sólo la Guardia Civil; estamos solos y vamos a defender el pueblo hasta el final”, sentencia uno de los vecinos, reflejando el sentir general de la comarca.
Ocho kilómetros de fuego en avance
Tomás Alonso, exalcalde de Posada de Valdeón, advierte que la situación es crítica. “El fuego tiene un frente de ocho kilómetros y llegará en un día o día y medio. Y aquí le esperamos”, señala.
Las llamas avanzan por varias direcciones: “El fuego está entrando por Pandetrave. En Fuente Dé ya entró. Bajará por la ladera enfrente de Posada y nos vendrá directo”, describe Alonso.
Cortafuegos hechos por los vecinos
En ausencia de medios suficientes, los propios habitantes se han organizado para proteger sus pueblos. “Los vecinos han hecho cortafuegos y estamos preparados”, explican. Sin embargo, la incertidumbre es enorme: “La situación está complicada”, reconocen.
“El pueblo es nuestra vida”
En Posada, Caldevilla, Soto, Prada, los Llanos, Cordiñanes y Santa Marina aún permanecen unas 200 personas. “Todas pensamos lo mismo: si llega el fuego aquí queremos estar aquí”, afirman.
La indignación crece ante la falta de refuerzos: “Aquí no hay nadie, ni las brigadas, ni la UME, ni nadie, pero tal y como están las cosas es imposible que puedan con todo. Voy a poner un ejemplo: desde el martes hay un incendio en la Ruta del Cares y hasta hoy nadie se ha puesto a apagarlo”, denuncian.
Resistir hasta el final
Pese al riesgo, la decisión está tomada. “Le hemos dado la filiación a la Guardia Civil y aquí nos quedamos. El pueblo es nuestra tierra y nuestra vida y lo vamos a defender hasta el final. Nosotros no vamos a caer. Pero si caemos, vamos a caer defendiendo esto”, concluyen los vecinos, decididos a no abandonar lo que consideran irrenunciable.