El municipio de Corullón duerme "con un ojo cerrado y otro abierto" por si avanza el incendio de Gestoso
"Si llega el fuego se terminó y hay que marcharse, porque no se puede hacer nada", reconoce una vecina de Cadafresnas
Josefa se encuentra en esta tercera semana de agosto en la localidad de Cadafresnas, en el municipio berciano de Corullón, tal y como hace cada verano a pesar de no ser residente en la zona. Sin embargo, esta tercera semana de agosto no es como la de otro año cualquiera, sino que Josefa duerme “con un ojo cerrado y otro abierto” por si el incendio de nivel 2 del Índice de Gravedad Potencial (IGR) de Gestoso, que pasó de Orense al municipio berciano de Oencia, llegara a su pueblo.
Después de que el delegado territorial de la Junta en León, Eduardo Diego, confirmara este lunes que el incendio presentó ayer “una situación muy compleja” en la que “hubo que rescatar a diferentes vecinos que se habían quedado en alguna población”, los medios trabajan este lunes en la zona “para que no atraviese la carretera de Santo Tirso y se vaya hacia Corullón o Sobrado”.
Noche en vela por el incendio
Al otro lado de la carretera, Josefa se pasó la madrugada “leyendo en la cocina”, ya que tenía “miedo a dormir por si acaso pasaba algo o algún vecino necesitaba algo”. Esta mañana se encontraba “un poco más tranquila”, pero al mirar al cielo “no se sabe si está nublado o si el fuego está subiendo”.
"Si llega el fuego, se terminó y hay que marcharse"
Para tratar de evitar que, en el caso de que el fuego suba, llegue a la localidad, el Ayuntamiento de Corullón recorrió este lunes las calles de la misma “para limpiar el pueblo entero”, pero Josefa criticó que “tendrían que haberlo hecho antes”. “Cuando mis padres eran jóvenes y lo trabajaban, todo estaba limpio, pero ahora no hay ganado”, cuenta, consciente de que “si llega el fuego, se terminó y hay que marcharse, porque no se puede hacer nada”, aunque deposita su confianza en que “no llegue”.