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Reportaje

La Luna más baja en casi dos décadas deslumbra en los cielos de León

El fenómeno, visible en la comarca de La Cepeda, no se repetirá hasta 2044 y se debe al ciclo de precesión nodal de 18,6 años

La pasada noche del 10 al 11 de junio, los cielos de la provincia de León —especialmente en la comarca de La Cepeda— ofrecieron un espectáculo lunar poco habitual. Se trató de la Luna de Fresa, la luna llena de junio, que este año coincidió con un raro evento astronómico: fue la luna llena más baja sobre el horizonte del hemisferio norte desde hace casi 20 años.

Este fenómeno, que alcanzó su punto álgido el 11 de junio a las 09:44 (hora peninsular española), no volverá a repetirse hasta junio de 2044, debido al conocido ciclo de precesión nodal lunar, de 18,6 años de duración. Este ciclo produce una inclinación extrema en la órbita lunar, haciendo que la luna llena de determinadas fechas se vea especialmente baja en el cielo.

La Luna rozó el horizonte leonés

Las condiciones meteorológicas acompañaron en buena parte del territorio leonés, y muchos aficionados a la astronomía y fotógrafos se congregaron en parajes rurales para observar el fenómeno. Uno de ellos fue el fotógrafo Peio García, quien captó una espectacular imagen de la luna desde la provincia de León, en la que se aprecia su tamaño agrandado y su tonalidad anaranjada al salir, causada por el efecto de la refracción atmosférica.

La Luna, al encontrarse cerca del horizonte, ofreció también la conocida "ilusión lunar", que la hace parecer más grande de lo que realmente es, lo que contribuyó a que el evento se viviera con mayor intensidad desde zonas rurales y sin contaminación lumínica.

Un fenómeno que no volverá hasta 2044

La Luna de Fresa de este 2025 ha sido así la más baja del ciclo actual, una rareza astronómica que coincide con la fase del ciclo de precesión nodal en que la inclinación orbital de la Luna con respecto a la eclíptica alcanza su punto máximo. Según los cálculos astronómicos, no se repetirá un evento similar hasta dentro de 19 años.

León, y en particular comarcas como La Cepeda, se han revelado una vez más como territorios privilegiados para la observación astronómica, por sus cielos limpios y la escasa contaminación lumínica en muchas zonas.