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El misterio de Trinidad no se escondía bajo las aguas de la balsa de Berbes

La Policía Nacional y la UME cancelan el operativo en la balsa de Berbes al comprobar que el vehículo extraído no corresponde con los que podrían vincularse a la desaparición de María Trinidad Suardíaz y su hija en 1987

La intensa operación desplegada en la antigua balsa de la mina de fluorita de Berbes, en Ribadesella (Asturias), concluyó este miércoles sin avances en el caso de María Trinidad Suardíaz y su hija Beatriz, desaparecidas hace 38 años en la provincia de León.

Tras horas de bombeo y retirada de sedimentos, los equipos localizaron una furgoneta en el fondo del depósito. Su antigüedad y características, sin embargo, no coinciden con los modelos que los agentes buscaban, vinculados a la principal línea de investigación.

Fin del operativo tras confirmar que el vehículo es ajeno al caso

La Policía Nacional decidió dar por finalizada la búsqueda poco después de las 18.00 horas, descartando nuevas inspecciones para el jueves. El hallazgo de la furgoneta, que no se ajusta ni en fechas ni en tipología a los automóviles que podrían haber sido utilizados por Antonio María da Silva —marido de Suardíaz y padre de la niña— llevó a cerrar el dispositivo.
Las unidades de la UDEV de Gijón y Madrid, así como especialistas de la Policía Científica, concluyeron que carecía de sentido continuar el procedimiento en la zona ya drenada.

Un depósito de 15.000 m³ drenado sin resultados concluyentes

La Unidad Militar de Emergencias trabajó sin descanso para reducir el nivel de agua de la balsa, un volumen superior a los 15.000 metros cúbicos. El portavoz de la Policía Nacional, Ignacio Alonso de la Torre, explicó por la mañana que las bombas principales extraían alrededor de 300 m³ por hora, a las que se sumaban otras cinco de menor capacidad, logrando retirar unos 2.000 m³ en las primeras horas.
La densa mezcla de lodos y sedimentos ralentizó la aproximación a los puntos marcados previamente por el GEO, donde se creía que se encontraban dos vehículos hundidos desde los años ochenta.

Una pista vecinal que llevó al operativo

La reapertura de esta línea de investigación surgió a raíz de testimonios de vecinos de Ribadesella, que afirmaban que Da Silva —conocido como “el Portugués”— había arrojado dos coches a la balsa décadas atrás. Esa información condujo al dispositivo ahora cerrado.
El sospechoso, hoy de 81 años, reside en una residencia de Zamora. Durante años sostuvo que su esposa y su hija habían abandonado España rumbo a Portugal, aunque sobre él recaían denuncias previas por malos tratos y la investigación siempre lo mantuvo como principal persona de interés.

Un caso abierto desde 1987 sin rastro de madre e hija

María Trinidad Suardíaz tenía 24 años cuando desapareció junto a su hija de trece meses. Registros recientes en dos propiedades del sospechoso —en Matadeón de los Oteros (León) y en Berbes (Asturias)— permitieron localizar documentos y objetos personales, pero no restos humanos.
El hallazgo de la furgoneta en la balsa, finalmente ajena al caso, obliga ahora a los investigadores a continuar la búsqueda por otras vías para intentar esclarecer un misterio que se arrastra desde hace casi cuatro décadas.