Investigadores de la ULE alertan del impacto de las olas de calor en la acuicultura de trucha arcoíris

Un equipo de investigadores del Departamento de Biología Molecular de la Universidad de León, junto con colaboradores de la Universidad de Murcia y del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León, publicará en 2026 un estudio pionero en la revista Aquaculture que analiza los efectos de las olas de calor en la acuicultura de trucha arcoíris durante su fase de crecimiento. Los autores consideran imprescindible aumentar el esfuerzo de monitoreo ambiental para que los gestores de acuicultura puedan tomar decisiones estratégicas y adaptadas geográficamente.
La doctora y profesora de la Universidad de León Marta Riesco asegura que “ante los actuales escenarios de cambio climático, y las consecuencias en la fisiología y bienestar de los animales, urge el desarrollo de estrategias para mitigar sus efectos sobre los peces de cultivo, y adaptar los protocolos para asegurar la continuidad y sostenibilidad de la industria acuícola. Debemos tener en cuenta que Castilla y León es líder nacional en la producción de trucha arcoíris (representado más del 25 por ciento del total producido), y que representa una fuente de empleo, asentamiento poblacional en zonas rurales, y de alimentación saludable para la población. De ahí la importancia de nuestro estudio no solo para nuestra comunidad, sino también para otros países pues la trucha arcoíris es una de las especies más cultivadas en el mundo”.

Cuatro años de investigación en Castilla y León
La investigación evaluó durante cuatro años la incidencia de olas de calor en 17 localizaciones de la principal comunidad productora de trucha en España, Castilla y León. En ese tiempo se analizaron variables como temperatura, contenido de oxígeno disuelto, caudal y nivel del agua. Los resultados mostraron que la duración de las olas de calor ha aumentado progresivamente, alcanzando hasta 71 días, con intensidades máximas de casi 9 °C por encima de la media.
Riesco explica “estos eventos de olas de calor afectan no solo a la población humana, sino a todo el ambiente natural y fauna que nos rodea, como desgraciadamente hemos visto recientemente en nuestros montes. Caracterizar cómo durante estos eventos se altera también el caudal de los ríos y el contenido en oxígeno, nos permite también conocer con exactitud los efectos y los mecanismos por los cuales estas olas de calor impactan en las especies cultivadas y, por tanto, cuantificar mejor el impacto sobre nuestras actividades económicas, e identificar posibles medidas de mitigación/adaptación. El estudio también nos ha permitido identificar una metodología sencilla y poco invasiva para evaluar como las olas de calor afectan a la fisiología de los peces. La cuantificación del malondialdehído (MDA) en el mucus de la piel de las truchas nos permite evaluar de forma repetida el impacto de las olas de calor sin necesidad de sacrificar a los animales. Por tanto, dicha aproximación permite identificar cuando en una piscifactoría los animales están bajo estrés térmico derivado de la climatología para que los acuicultores tomen las decisiones oportunas para mejorar su estado de bienestar y evitar las posibles pérdidas económicas asociadas a estos eventos”.
Simulación de la ola de calor y efectos fisiológicos
Para entender cómo estas condiciones afectan a la trucha arcoíris, los investigadores expusieron ejemplares de talla comercial a un modelo de ola de calor de 19 días recreando un escenario real ocurrido en la naturaleza. Los resultados indicaron que los peces mostraron una tendencia a la disminución en peso corporal, aumento de indicadores de estrés oxidativo en la piel y en plasma sanguíneo y una regulación al alza de genes relacionados con el estrés por calor. Sin embargo, no se detectaron alteraciones significativas en genes relacionados con el equilibrio redox en branquias e hígado. Estos resultados están enmarcados dentro del proyecto REPHEAT 2022-2025 de la Agencia Estatal de Investigación que pretende monitorizar estos eventos de cambio climático y caracterizar sus efectos en diferentes fases del cultivo de la trucha arcoíris.
Estrategias de mitigación
Estos hallazgos destacan la necesidad de implementar estrategias de mitigación en la acuicultura incluyendo una mayor vigilancia ambiental, selección de ubicaciones óptimas (con baja incidencia, intensidad y duración de olas de calor), sistemas de cría mejor adaptados, uso de líneas más resistentes y mejores herramientas de monitoreo climático y pronóstico del tiempo. Algunas de estas estrategias serán exploradas por los investigadores en el nuevo proyecto que les han concedido recientemente en la convocatoria de Proyectos de Generación de Conocimiento de 2024, proyecto MITHEAT 2025-2028, cuya resolución provisional fue publicada el 29 de julio.
Según los investigadores, considerar los datos climatológicos sobre la incidencia, intensidad y duración de olas de calor y aplicar prácticas de manejo más adaptadas, como mejorar la formulación del alimento, reducir las densidades de cría o aumentar la monitorización de parámetros ambientales, es crucial para la planificación espacial estratégica y la sostenibilidad a largo plazo de la acuicultura continental en Europa.

El estudio también destaca que no todas las zonas cercanas al nacimiento de un río son aptas para la acuicultura resiliente, por lo que se requiere un monitoreo ambiental preciso y completo. Además, comprender mejor la fisiología de los peces y los mecanismos celulares y moleculares que regulan la respuesta al calor en diferentes etapas de desarrollo (embriones, juveniles, talla comercial y reproductores) es esencial para optimizar los procedimientos de cría.
Los autores
Esta investigación la han liderado la doctora y profesora de la ULE Marta Riesco y el doctor Ignacio Fernández, investigador del Instituto de Ganadería de Montaña (CSIC-Universidad de León) en un equipo formado también por el catedrático de la ULE Paulino de Paz Cabello, la investigadora predoctoral de la ULE Laura Calvo-Rodríguez y la doctora María Ángeles Esteban, de la Universidad de Murcia, que agradecen a Delio y Zara, de la empresa Mundova, su “inestimable ayuda”.