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La bota de Priaranza

La localidad berciana de Priaranza quedó significada históricamente por ser allí donde hace ahora un cuarto de siglo...

La localidad berciana de Priaranza quedó significada históricamente por ser allí donde hace ahora un cuarto de siglo, y medio siglo después de la muerte del dictador, se hizo la primera exhumación científica de los restos mortales de las víctimas republicanas de la Guerra Civil y el franquismo. 

Bastantes años antes, después del fallecimiento del general Franco, se habían hecho exhumaciones sin ese carácter por parte de los familiares de los represaliados en algunos lugares del país donde se sabía que habían sido enterrados los represaliados, a través sobre todo de la memoria oral. 

El 23 de febrero de 1981, con el intento de golpe militar, este tipo de actividad cesó y no se reanudó hasta hace veinticinco años con carácter científico, haciendo posible la identificación de las víctimas a través del ADN.

Una nueva Ley de Memoria Democrática, aprobada en 2022, sigue teniendo mucho trabajo pendiente en lo que le atañe: reconocer, reparar y dignificar a las víctimas de la dictadura franquista.

Fue entonces cuando se creó la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, cuya actividad sirvió como precedente para que en 2007 se aprobara la primera y timorata Ley de Memoria Histórica con el gobierno de Rodríguez Zapatero, pasada por alto por muchos ayuntamientos del Partido Popular y despreciada durante los gobiernos de M. Rajoy. 

Una nueva Ley de Memoria Democrática, aprobada en 2022, sigue teniendo mucho trabajo pendiente en lo que le atañe: reconocer, reparar y dignificar a las víctimas de la dictadura franquista. Máxime cuando desde algunos gobiernos autonómicos se ha pretendido sustituir esta ley por un supuesta ley de concordia. 

Pasados tres días y cuando ya se pensaba que el ensanchamiento de la carretera podía haber eliminado la posibilidad de encontrar los restos de las víctimas, el hallazgo de una bota de una de ellas daría paso al éxito de la exhumación. 

Esto no ocurría hace un cuarto de siglo, cuando en un día como este 21 de octubre se iniciaron los trabajos de exhumación de "los trece de Priaranza" asesinados por falangistas en los primeros meses de la Guerra Civil. Pasados tres días y cuando ya se pensaba que el ensanchamiento de la carretera podía haber eliminado la posibilidad de encontrar los restos de las víctimas, el hallazgo de una bota de una de ellas daría paso al éxito de la exhumación. 

Fue con una bota de una víctima republicana con la que en este país se comenzó una tardía andadura de reconocimiento y dignidad a todos aquellos que fueron asesinados por el fascismo por su defensa de la democracia. Se pretendió con ello sepultar también en el olvido sus nombres. 

Las dificultades que hubo hasta ahora con la derecha para proseguir en esa andadura de reparación se han incrementado en los últimos años con el renacimiento de la extrema derecha, cuya cada vez más posible presencia en el Consejo de Ministros sería nefasta para la memoria y el presente democráticos.