El tiempo

No tener jefe

Hace unas semanas salieron a la luz unos datos que no todo el mundo interpretó de la misma manera. Nuestro país estaba en mínimos históricos en lo que a porcentaje de autónomos con respecto al total de trabajadores se refiere. La derecha cargó contra el gobierno por estas cifras, como si se tratara de algo que convertía nuestra economía en un ente estancado, pero la realidad es que es la situación que se da en los países más prósperos del mundo. Había bajado el porcentaje pero el número total de autónomos y de trabajadores por cuenta ajena había subido, por lo que se creaba empleo. Como explica en sus textos Eduardo Garzón, que ese porcentaje sea muy alto no significa que el país vaya bien, más bien todo lo contrario pues es un empleo menos seguro, el de la gente que se autoemplea por necesidad, que el que proporcionan grandes empresas con muchos trabajadores en plantilla. Una economía formada por hordas de autónomos con pocos empleados a su cargo es prácticamente insostenible, lo aconsejable es que un Estado tenga un buen número de empresas de gran tamaño que generen seguridad a sus contratados. Esos autónomos que se han visto obligados a autoemplearse no siempre saben gestionar bien lo que tienen entre manos y su supervivencia muchas veces es complicada.