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Una semana sin identidad

Con más de una treintena de ríos recorriendo su geografía y una superficie fluvial de más de 3.000 kilómetros...

Con más de una treintena de ríos recorriendo su geografía y una superficie fluvial de más de 3.000 kilómetros, León posee una riqueza hidrográfica peninsular sin parangón, que durante siglos ha sido parte esencial de nuestra identidad. Una identidad que, tristemente, se está desdibujando entre decisiones erróneas y desinterés institucional.

Durante décadas, León fue referente internacional para miles de aficionados a la pesca. La Semana Internacional de la Pesca, celebrada entre mayo y junio, no solo reunía a pescadores de todo el mundo, sino que convertía a nuestra provincia en un potente motor de actividad, vida y economía local. Los hosteleros la conocían como “la semana de los pescadores”, con reservas hechas de un año para otro. El ambiente era sano, auténtico y autosuficiente: los propios pescadores financiaban las actividades con sus 250 inscripciones. Durante 57 años este formato funcionó con éxito. Y solo en dos, todo se ha desmoronado. 

Lo que fue un ejemplo de gestión y tradición ha sido sustituido, gracias a la Junta de Castilla y León, por un formato sin esencia, y sobre todo, sin repercusión económica local. Rebautizada como Feria Destino Pesca -llamada así porque ahora se gestiona por una entidad privada-, se celebrará entre el 17 y el 19 de octubre, fuera de temporada, con apenas 40 inscritos frente a los 250 anteriores. Se ha roto la conexión con la provincia: ya no se pesca en todos los ríos provinciales, sólo en algunos regulados por pantano, como el Órbigo. Además, los expositores, en su mayoría, ya no son locales, y la gente no acude porque, sencillamente, no se siente representada. 

Ya no se pesca en todos los ríos provinciales, sólo en algunos regulados por pantano, como el Órbigo

Por si fuera poco, el año pasado se instalaron unas piscinas en la Plaza Mayor llenas de truchas arcoíris para hacer una actividad infantil con varios colegios invitados. Los niños jugaron con esos peces en condiciones lamentables y, al final, acabaron muriendo. Una imagen que avergüenza y que jamás habría ocurrido en la antigua edición de la feria. 

Este año se repite el sinsentido: se invita a pescadores gallegos a debatir sobre la pesca a la leonesa. ¿De verdad necesitamos que nos expliquen desde fuera cómo se hace algo que nació aquí? Por todas estas razones, no es de extrañar que ha habido y hay actualmente una gran desilusión y descontento de muchos aficionados de la pesca. Esta no es su Semana…

Esta nueva feria, vacía de interés y contenido local, es solo un síntoma más de un problema mayor: la falta de compromiso con nuestro patrimonio. Y no hay mejor ejemplo de este abandono que el caso del Manuscrito de Astorga, un tesoro histórico del que apenas se habla y que podría haber sido el eje de un renacimiento cultural ligado a la pesca tradicional leonesa.

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Manuscrito de Astorga.

Redactado en 1624 por Juan de Vergara, el Manuscrito de Astorga es uno de los documentos más singulares de Europa: en él se detallan técnicas de pesca con mosca utilizando un lenguaje muy expresivo para describir, meticulosamente, los montajes de las moscas que solo existían aquí. Ello es un testimonio precioso sobre cómo se criaban los gallos leoneses, para que sus plumas, seleccionadas durante siglos, sirvieran para dicho montaje de moscas de pesca. Cultura y biodiversidad se dan la mano en este texto que hoy, desafortunadamente, está desaparecido. En 1964, el manuscrito fue comprado por la Diputación de León y “regalado” a Franco. Desde entonces, no se ha vuelto a ver. Ni el Ayuntamiento de Astorga, ni el de León, ni la Diputación se han interesado, no solo en difundir su contenido, sino en investigar su paradero.

El año pasado se cumplió el 400 aniversario de su creación, que pasó desapercibido porque no hay interés real en conmemorar una joya documental que podría haber servido para reconstruir y divulgar su historia. ¿Por qué no se aprovechó ese aniversario para despertar el orgullo en la ciudadanía? ¿Por qué no se organizaron exposiciones sobre el manuscrito, la pesca a la leonesa y el gallo, que revitalizasen la economía local y rural de los pueblos que ahora sufren abandono? ¿Cómo es posible que nuestros ríos, que son auténticas joyas para el pescador y envidiados por muchos países por su potencial, sigan prácticamente abandonados a su suerte y sin apenas vigilancia, protección y cuidados?

No todo está perdido, puesto que el contenido del documento se conserva en copias y estudios, pero la dejadez institucional está matando la posibilidad de convertirlo en una herramienta educativa, turística y cultural de primer nivel. Más del 90 % de los leoneses ni siquiera saben que existe.

Cada vez que una institución ignora el patrimonio leonés, apaga una chispa de futuro para esta provincia. Si no se actúa ya, pronto no quedará nada que conservar, ni que celebrar.