El Ademar se estrella en Huesca: quiso y no pudo ante su rival
El Abanca Ademar León visitaba el Palacio de los Deportes de Huesca con la intención de confirmar sus buenas sensaciones, pero la tarde terminó en frustración. Los leoneses, superiores sobre el papel, se vieron sorprendidos por un Bada Huesca enérgico y solidario, que acabó imponiéndose por 35-30 en un encuentro que dejó al cuadro de Dani Gordo sin argumentos.
El inicio fue de tanteo, con los dos equipos intensos en defensa y desacertados en ataque. Frankie Cordiés inauguró el marcador pasados los cinco minutos, y a partir de ahí el partido se abrió. El Ademar aprovechó los errores locales para correr y, con acierto por los extremos, logró ponerse dos tantos arriba (7-9). Sin embargo, la reacción del Bada fue inmediata. Con un Ben Tekaya decisivo en la portería, los oscenses firmaron un parcial de 5-1 que volteó el marcador (12-10) y obligó a Gordo a pedir tiempo muerto.
El Ademar se atasca y Huesca crece
La pausa no frenó el ímpetu local. Los de José Nolasco mantuvieron una defensa férrea y un ataque fluido, mientras el Ademar perdía ritmo y claridad en la circulación. Parera, sobre la bocina, colocó el 17-15 con el que se llegó al descanso, reflejo de un primer tiempo en el que los leoneses alternaron buenas fases con errores impropios de un aspirante europeo.
En la reanudación, Huesca salió lanzado. Dos goles de Frankie Cordiés abrieron brecha (19-15), y aunque el Ademar aprovechó una exclusión para anotar a portería vacía y acercarse, el equipo leonés fue incapaz de mantener la remontada. La vuelta a pista del propio Frankie reactivó a los locales, que con un parcial demoledor se escaparon de nuevo hasta el 23-18, obligando a un segundo tiempo muerto visitante.
Quiso reaccionar, pero el muro de Tekaya fue impenetrable
El Ademar respondió con orgullo. A través de sus extremos y un juego más veloz, redujo la desventaja a un solo tanto (24-23, min. 43). Fue el mejor momento del conjunto leonés, que parecía haber recuperado el pulso del partido. Pero el espejismo duró poco.
El Bada, empujado por su afición, volvió a subir líneas en defensa y castigó cada error ademarista al contragolpe. Dos faltas en ataque consecutivas y varias pérdidas inocentes dieron aire a los locales. Tekaya, inconmensurable bajo palos, detuvo lanzamientos clave mientras Parera, Moya y Ignacio Suárez desataban la euforia con goles a la contra. A diez minutos del final, el marcador ya mostraba un claro 29-23.
Desconexión final y una derrota que duele
El Ademar trató de mantener la compostura, pero el empuje oscense fue demasiado. La defensa abierta de los leoneses no surtió efecto y Paulo firmó el 31-24 que sentenció el encuentro. Con el público de pie, el Bada alcanzó su máxima ventaja (33-24) y rubricó su gran tarde con un fly espectacular de Ian Moya.
Los últimos minutos sirvieron solo para maquillar el resultado. En superioridad numérica, el Ademar recortó diferencias hasta el 35-30 final. Fue una derrota clara, de las que dejan una lección: querer no siempre basta.
