¿Aparcamientos para mujeres?

El Ayuntamiento de León nos ha sorprendido con unas siluetas estereotipadas de las mujeres (falda y color rosa) pintadas en el aparcamiento de la Junta. Señalan que se trata de plazas de aparcamiento solo para mujeres y que responden a la “perspectiva de género”, que ya existen en otras ciudades, y que acercan las plazas a zonas más iluminadas y a las aceras para incrementar la seguridad y protegernos de posibles agresiones.
La asociación Flora Tristán manifiesta al respecto:
En cuanto a la silueta, se perpetúa el estereotipo del color rosa y la infantilización con el que el patriarcado ha identificado históricamente a las mujeres, a pesar de la crítica feminista, del transcurso de los años y del cambio de siglo.
No sabemos de dónde salen los datos que avalan semejante medida, y además nos preguntamos para que sirven estas plazas, aparentemente para mujeres, cuando cualquiera puede aparcar puesto que no hay norma legal que ampare dicha decisión ni excluya a nadie. Por lo tanto si no sirven para el fin previsto, no tienen ningún sentido.
Ciertamente las mujeres tenemos un plus de inseguridad derivado de la violencia masculina que se ejerce contra nosotras de manera frecuente y habitual en todos los espacios, incluidos los aparcamientos, pero de ninguna manera se resuelve, ni siquiera se mitiga con estas medidas sino todo lo contrario, pues si se marcan de antemano las plazas en las que habrá mujeres aparcadas, eso sí es ponérselo fácil a los agresores.
En todo caso, combatir la inseguridad derivada de la violencia a las mujeres en las ciudades conlleva que se dejen de enviar mensajes solo a ellas, y se dirijan de una vez a los hombres para que no acosen, para que no violen, para que no maltraten,…
Cuando las instituciones empiecen a hablarles a ellos, los hombres, se darán cuenta de su responsabilidad, por acción u omisión, para evitar la violencia que llevan a cabo.
Una vez más exigimos a los poderes públicos que adopten medidas estructurales que trabajen la formación, la prevención y la transformación de la sociedad y que no solo lleven a cabo estas “brillantes ideas” que no sirven para nada, y no forman parte de las medidas de acción positiva que buscan eliminar discriminaciones históricas encaminadas al objetivo de la igualdad. Nunca se debería confundir lo que son medidas de seguridad con medidas proteccionistas y paternalistas hacia las mujeres.
Con medidas estructurales nos estamos refiriendo también a que el plan de urbanismo debe analizar y estudiar una planificación para que hombres y mujeres podamos convivir en la ciudad en paz, sin miedo e inseguridad.
La seguridad debería ser un aspecto fundamental del urbanismo. Las mujeres a menudo se sienten inseguras en los espacios públicos, especialmente durante la noche. El urbanismo feminista propone medidas como una iluminación adecuada, la vigilancia en las calles, la eliminación de espacios ocultos, evitar callejones, mantenimiento y limpieza de zonas públicas, la reducción de áreas de conflicto, etc. Todo ello contribuirá a crear entornos más seguros.
El miedo o la percepción de inseguridad de las mujeres está marcada por la violencia ejercida sobre nuestro cuerpo sexuado y determina en gran medida cómo las mujeres vivimos en los diferentes espacios y nos adaptamos y/o limitamos nuestra vida cotidiana por el miedo a esta violencia.
Incluir la percepción de seguridad en el análisis permite tomar conciencia de cómo el miedo limita la libertad y la movilidad de las mujeres, principalmente en las actividades nocturnas, tanto en ámbitos de ocio como de trabajo, y especialmente en los trayectos y el uso de determinados espacios.
La experiencia de las mujeres en la ciudad no ha sido tenida en cuenta nunca como conocimiento dentro de la planificación y el proyecto urbano a pesar de ser las que más vivimos la inseguridad y el miedo en nuestras ciudades.
La Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres recoge la exigencia de que las Administraciones Públicas tengan en cuenta la perspectiva de género (feminista) tanto en el diseño de la ciudad como en las políticas urbanas y la definición y ejecución del planeamiento, utilizando para ello especialmente mecanismos e instrumentos que fomenten y favorezcan la participación ciudadana y la transparencia.
Por esto nos ha sorprendido, una vez más, que se haya puesto en marcha esta ocurrencia sin consultar y ni siquiera informar al Consejo Municipal de las Mujeres.