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El Auditorio de León acoge la obra ‘Polvo serán, más polvo enamorado’ sobre Quevedo

La representación tendrá un doble pase el 11 de diciembre con una sesión a las 11 para el público escolar y otra a las 20:30 dentro del abono de adultos
Un momento de la representación de Polvo serán.
Un momento de la representación de Polvo serán.

La compañía Morfeo Teatro trae al Auditorio Ciudad de León la obra teatral ‘Polvo serán, más polvo enamorado’, enmarcada dentro de la programación de Artes Escénicas del Ayuntamiento de León y con el apoyo de la Red de Teatros de Castilla y León.

Se trata de una comedia burlesca que muestra la faceta más carnal, fúnebre y amorosa del repertorio de Quevedo. Una selección de su teatro breve, letrillas, bailes y sonetos, que ofrece su sardónica visión sobre la fragilidad de la vida y rinde homenaje al mayor poeta del Siglo de Oro español. La obra es también un tributo a aquellas compañías ambulantes de la época, germen y herencia del oficio teatral actual.

Francisco Negro y el equipo

La puesta en escena cuenta con la dramatización y dirección de Francisco Negro y la interpretación de Francesc Albiol, Mayte Bona, Francisco Negro, Santiago Nogués y Felipe Santiago.

La función, de 90 minutos, está pensada para un público a partir de doce años. Su visita en León ha dejado dos funciones el mismo día, 11 de diciembre, uno para el público escolar a las 11:00 horas y con un precio de 4 euros, y otra a las 20.30 horas que forma parte del abono de adultos y que también se puede adquirir de manera individual por 10 euros.

Sinopsis

La trama de esta comedia burlesca se construye en torno a una anécdota de inicio: el entierro de un cómico por parte de sus compañeros de farándula y la aparición de la Muerte que viene a llevarse al finado. Argumento que sirve para el despliegue de diversas piezas poéticas, y de otras teatrales, como los entremeses el Caballero de La Tenaza, el Marión, y el Miserable, que llevan sin representarse desde el siglo XVII.

La obra muestra una compañía de cuatro comediantes en forma de gangarilla (nombre que en el Siglo de Oro recibían las compañías compuestas por actores que interpretaban tanto papeles femeninos como masculinos), y el mencionado personaje de la Muerte, un recurrente fatídico y socarrón en numerosas obras de Quevedo.

Las Comedias Burlescas en el Siglo de Oro eran piezas de jocosidad disparatada que se representaban por Carnaval, formando parte de fiestas cortesanas. Muestran sobre el tablado un «mundo al revés» donde todo queda grotescamente parodiado, degradado, mostrando una cruel sátira de la vida.

En escena se abre un camino a lo insensato de buscar la felicidad con la fatalidad a nuestra espalda, pero también a desafiar al destino con un sueño. Quevedo hiere, y sana.