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ENTREVISTA

Zahara: "Mientras siga llamando la atención que una mujer ocupe un espacio, habrá que seguir nombrándolo aunque moleste y canse"

Charlamos con la cantante jienense antes de que se suba este viernes al escenario del Planeta Sound para conocer detalles de 'Lento ternura' y cómo está viviendo un momento de gran lucidez creativa pero también lleno de los claroscuros de una industria dominada por lo masculino en la que su voz libre y sincera se ha convertido en un faro multigeneracional.
Zahara se subirá este viernes 18 al escenario del Planeta Sound de Ponferrada.
Zahara se subirá este viernes 18 al escenario del Planeta Sound de Ponferrada.

Zahara (Úbeda, 1983) llega este viernes 18 al Planeta Sound de Ponferrada con su show más espectacular hasta la fecha, donde presentará algunas de las canciones de 'Lento Ternura', su último álbum y con el que asegura que ha "recuperado la calma" tras el huracán 'Puta', pero también guardará tiempo para reparar los temas más icónicos de su fulgurante carrera. Reivindicativa y pizpireta, mordaz e icónica, la jienense lo apuesta todo a un espectáculo de pop electrónico lleno de contrastes, con una puesta en escena meticulosamente cuidada en la que estará acompañada por Martí Perarnau IV, Manuel Cabezalí y Xavi Molero, tres músicos con los que lleva años colaborando, y quienes aportarán la solidez y versatilidad necesaria para un espectáculo que oscilará entre el pop brillante y luminoso con alma de banda, y momentos más oscuros dominados por la electrónica.

Pero antes de que convierta el Planeta Sound en una pista de baile, charlamos con ella para conocer detalles de la gira y cómo está viviendo un momento de gran lucidez creativa pero también lleno de los claroscuros de una industria dominada por lo masculino en la que su voz libre y sincera se ha convertido en un faro multigeneracional.

P.- Regresas a León, donde siempre has tenido un vínculo especial especialmente por viejas amistades como con Fabián y con el público de salas como El Gran Café, pero por fin llegas con un gran formato, en un festival, ¿Qué se va encontrar el público de Ponferrada?

Z.- Los conciertos en El Gran Café fueron parte de mi aprendizaje, de ir entendiendo quien era como cantautora y de construir lo que soy ahora. Le tengo mucho cariño a esa sala por todo lo que se compartía allí, y Fabián fue un referente y un amigo. Ahora llego con 'Lento Ternura', y he preparado un concierto que siento como una montaña rusa, en el que he querido cuidar cada detalle, desde lo visual hasta el ritmo de las canciones, con elementos como el Policlin, o la cinta de andar. Este show es una manera de expandir el universo de las canciones y de recuperar algunas de otros discos bajo mi visión actual. Intento que mis conciertos sean algo más que eso, que se conviertan en un espacio para bailar, emocionarnos y también que haya hueco para el humor.

P.- ¿Alguna sorpresa que se pueda anticipar?

Z.- Sorpresas como tal no llevo, pero este show está pensado para dejar que pasen cosas, para que cada concierto tenga algo diferente.

P.- 'Lento Ternura' es un discazo con el que se dice que Zahara vuelve a la calma tras el huracán 'Puta', que vuelves a reencontrarte con lo bello de la vida. ¿Cómo está siendo la acogida? ¿Cómo ha sido el proceso vital que te ha llevado a este disco, a estas canciones después de 'Puta'?

Z.- Después de 'Puta' necesitaba reencontrarme conmigo desde un sitio distinto, no contarme siempre desde la herida. Lento Ternura nace de esa necesidad de buscar calma, pero también de permitirme cabrearme y decir lo que molesta sin destruirme por ello. Habla del amor, la amistad, las ganas de huir de la ciudad, pero también de la rabia que todavía siento. Siento que 'Puta' fue un disco que conectó de una manera única y replicar eso es imposible, pero me emociona ver que se ha entendido el viaje hasta 'Lento Ternura' y que lo hacen suyo.

P.- Es inevitable hablar del policlín, que se ha convertido en el icono del disco, pero que entiendo que además de ser un elemento ligado a los festivales, tiene mucho de conceptual. Por una lado, lleva a reflexionar sobre lo incómodo y sucio de un elemento tan habitual (y necesario), especialmente para las mujeres, no solo en términos de higiene, también de protección. ¿Sigue siendo una asignatura pendiente del mundo de la música el rol de la mujer tanto arriba como abajo del escenario?

Z.- El policlín en la portada es 'Lento Ternura'. Quería mostrar que esa búsqueda de calma también pasa por lo incómodo, lo feo, lo que da asco. Y no hay sitio más feo en un festival —me atrevería a decir que en la vida— que un policlín. Pero ahí también estás tú, con tus brillos y tu pintalabios, enfrentándote a esa realidad que huele mal, sudada, pegajosa unos minutos antes de salir a tocar teniendo que sentirte increíble y llena de energía. Esa portada cuenta mucho de lo que hay dentro del disco: contradicción, denuncia, belleza donde no toca. El policlín parece una nave espacial, pero ya sabemos todas lo que es entrar ahí: es el recordatorio de que el festival no está hecho para ti, de que te arreglas para sentirte bien y acabas con el dobladillo de la falda rozando el charco de pis. También habla de cómo cuidamos (o no) lo que es de todas, de cómo lo común siempre parece tierra de nadie.

P.- ¿Has visto o notado algún cambio en los últimos años?

Z.- Sobre el rol de la mujer en la música, claro que sigue siendo asignatura pendiente. Arriba y abajo del escenario. Se ven cambios, cada vez somos más las que abrimos la boca, pero sigue incomodando a muchos. Mientras siga llamando la atención que una mujer ocupe un espacio, habrá que seguir nombrándolo. Aunque moleste y canse. Aunque quisiéramos estar hablando de otra cosa.

P.- Con 'Puta' te desnudaste emocionalmente y sacaste a la luz duros episodios de violencia vivida en carne propia. Mirando por el retrovisor, ¿ha valido la pena en lo personal?

Z.- A nivel personal, 'Puta' me permitió contar cosas que había callado mucho tiempo, cosas que dolían, pero que al decirlas en voz alta dejaron de pesar igual. Fue mi manera de poner orden y de mirarme con otra luz, aunque doliera. A través de sus canciones pude hablar de las violencias que me sucedieron.

P.- ¿Y en lo profesional?

Z.- En lo profesional, fue un disco que removió muchas cosas, que conectó con muchísimas mujeres que me escribían diciendo “esto también me pasó a mí” o “gracias por contarlo”. Eso me hizo sentir que no estaba sola, que no estábamos solas. También tuvo su parte dura: la exposición, el odio, la violencia que recibí después. Pero incluso con eso, volvería a hacerlo, porque 'Puta' era necesario aunque cada día deseara que lo que lo motivó nunca hubiese sucedido.

P.- Hablando de violencia, vemos como en España la violencia machista no parece tener freno y que el mensaje de la igualdad y del feminismo no termina de calar en muchos jóvenes, incluso todo lo contrario. Como artista comprometida con la igualdad y también como madre. ¿Te preocupa esta situación? ¿Le encuentras alguna explicación?

Claro que me preocupa. Es muy duro ver cómo se normalizan discursos que pensábamos que ya estaban superados, cómo retrocedemos en cosas que costaron mucho conseguir. Como madre y como mujer, me duele y me asusta. Creo que parte de esa reacción tiene que ver con el miedo a perder privilegios, con resistencias que se activan cuando alguien cuestiona lo que siempre se ha dado por hecho. Y también con una falta de educación en igualdad real, en empatía, en cuidado. Es frustrante, pero no queda otra que seguir hablando de ello, seguir señalándolo, aunque incomode, aunque canse. Porque la alternativa es callarnos, y eso no es una opción.

P.- Te has convertido, no sé si conscientemente o no, en un icono para muchas mujeres y para el colectivo LGTBI+, en el pregón de Jaén te escuchamos hablar abiertamente de temas como la bixesualidad, y seguramente tus palabras ayuden a mucha gente que siguen viviendo en silencio y con miedo situaciones tremendamente duras por su condición, ¿cómo has vivido todo esto?

Z.- Lo he vivido con mucha emoción. En el pregón de Jaén quise dar las gracias a la comunidad LGTBIQ+ porque siempre me ha permitido ser quien soy. Fue importante para mí poder hablar de mi bisexualidad con naturalidad, porque sé que mucha gente sigue sintiendo miedo o vergüenza por algo que no debería dar miedo ni vergüenza.

P.- ¿Qué mensajes te han llegado?

Z.- Recibo muchos mensajes, sobre todo de mujeres, que me cuentan que al escucharme se han sentido identificadas, que llevaban tiempo sabiendo que eran bisexuales pero no se atrevían a dar el paso o a contarlo. Me dicen que mis palabras les han acompañado en momentos de duda, de soledad y si yo hubiese tenido un referente cuando era joven quizá no habría dudado sobre lo que sentía y no habría catalogado mi deseo hacia las mujeres como una consecuencia al dolor que me habían producido los hombres.

P.- ¿Qué mensaje podrías enviar a toda esa gente?

Z.- A las personas que siguen viviendo con miedo, solo puedo decirles que no están solas. Que no hay manera equivocada de ser. Que son increíbles y que a veces simplemente estamos en el lugar donde no saben verlo, pero no por eso no dejamos de serlo.

Zahara, en una imagen promocional.
Zahara, en una imagen promocional.

P.- Tu música ha evolucionado mucho desde aquella cantautora del Día 913 hasta la rave y el techno, del Libertad 8 a convertir festivales en pistas de baile... pero ahí siguen canciones como 'Con las ganas'. ¿Es difícil de encajar ahora o el cuerpo te sigue pidiendo acudir a ella?

Z.- He ido escuchando música de muchos géneros, y eso se ha notado en la música que hago. Desde que descubrí la electrónica, mi forma de crear cambió, pero en el fondo sigo siendo la misma, usando la música para averiguar quién soy en cada momento y aprovechando todos los recursos expresivos que cada instrumento me permite. Recuerdo esos conciertos en Libertad 8 con emoción genuina, y por eso también he recuperado la gira de Acustiquísimos, que empezaré cuando acabe la de festivales. Me gusta esa dualidad: poder estar en una rave bailando y luego sentarme con la guitarra a contar canciones de otra manera. Con las ganas estuvo casi una década fuera del repertorio porque no conectaba con ella, y yo solo puedo cantar canciones con las que siento un vínculo real. La he recuperado porque ahora me funciona en el contexto del show, aunque lo que me emociona no es tanto lo que cuento en la canción, sino lo que significa para los demás. Ver cómo la viven, cómo la cantan, cómo la lloran, me sigue removiendo y encuentro ahí una energía muy fuerte para volver a tocarla. Y además, la interpreto dentro del policín, con todo lo que eso quiera significar jaja.

P.- Finalmente, aunque entiendo que están inmersa en la gira y queda poco tiempo para otras cosas ¿Algún próximo proyecto entre manos? No solo musical, quizá editorial o audiovisual.

Z.- Ahora mismo estoy muy centrada en la gira de 'Lento Ternura', preparando también la gira de otoño, y con muchas ganas de que el próximo año vuelva la 'Rave', que para mí es un espacio muy especial y necesario. Además, estoy trabajando en drama, acompañando con las visuales a Martí Perarnau IV que me tiene muy ilusionada. Martí hace una sesión flipante de tecno y ahí al lado estoy yo, viéndole las manos, para adelantarme a sus filtros y poder acompañarle visualmente. Para mí es una forma diferente de estar en el escenario, una manera de expresarme sin que el foco sea exclusivamente “Zahara”. Me divierte mucho porque puedo crear a través de las imágenes, acompañar la música con lo visual, y es como tocar junto a Martí, pero sin ser la protagonista, solo acompañándole y formando parte de algo más grande. Sigo escribiendo también, aunque no sé todavía para qué será exactamente, pero siento que esa parte de mí está viva y esperando su momento.