El día que Rodri clavó la bandera de León en el campo del Valladolid
El José Zorrilla fue escenario de una gesta que pocos olvidarán. Con apenas 600 aficionados llegados desde León —arropados por algunos leoneses desperdigados en la grada—, la Cultural Leonesa silenció a los más de 20.000 seguidores locales que acudieron a empujar al Real Valladolid. El estallido tras el gol de Diego Collado en los primeros compases retumbó como si fueran miles.
Collado abre el camino
La diana llegó tras un error grosero de Lachuer en su estreno como titular. El balón recuperado acabó en la banda derecha y, sin apenas oposición, Collado adelantó a los suyos. Fue un mazazo para un Pucela irreconocible, que acumulaba posesión sin profundidad y se estrellaba una y otra vez contra el ordenado muro culturalista.
Un debut con sello Ziganda
En el estreno de Cuco Ziganda, la Cultural mostró una seriedad defensiva implacable y hasta dispuso de opciones para ampliar la ventaja. Chacón y Sobrino rozaron el segundo, mientras que el Valladolid solo se acercó con peligro en un larguero de Biuk antes del descanso. Ni los cambios de Almada ni el debut de Sergi Canós lograron alterar un guion que siempre favoreció a los visitantes.
El gesto de Rodri y la bandera de León
El pitido final desató la locura en el sector visitante. Los jugadores de la Cultural corrieron a fundirse con su afición, conscientes de la magnitud del triunfo. Y fue Rodri, el capitán, quien firmó la postal imborrable: desplegó una bandera de León sobre el césped de Zorrilla, un símbolo de orgullo y pertenencia que encendió a los suyos.
Una victoria con sabor histórico
En un estadio mayoritariamente blanquivioleta, la Cultural Leonesa escribió una página épica: vencer a domicilio a un Real Valladolid muy intenso, celebrar con los suyos y dejar en la retina la imagen de Rodri ondeando la bandera y dejándola sobre el terreno de juego.