El alma de León bulle en el jardín: Come y Calle, la fiesta que desborda
El parque de San Francisco, pulmón verde del centro de León, ha vuelto a transformarse en un hervidero de vida con el regreso del festival Come y Calle, que celebra su décimo aniversario. Y lo hace refrendando su éxito con una participación masiva, hasta el punto de que por momentos, las sendas y parterres se sienten desbordados por el ritmo de la música, el aroma de los fogones y el ir y venir incesante de familias, jóvenes y visitantes que buscan sumergirse en un ambiente único.
En sus primeras jornadas, la cita ha confirmado su papel como punto de encuentro esencial en las fiestas de San Juan y San Pedro, donde el mestizaje entre la cultura urbana, la gastronomía callejera y la música alternativa crea un ecosistema propio. No es un festival cualquiera, es el latido de León en junio.
Ritmo, comida y comunidad
Desde el mediodía hasta bien entrada la noche, el Come y Calle 2025 ofrece una fusión de estímulos difícil de igualar: más de 20 foodtrucks alineados como una avenida de sabores globales —desde hamburguesas coreanas hasta tacos veganos— conviven con un escenario donde bandas como Delafé y las flores azules o Camellos han marcado el ritmo de estas primeras noches.
A su alrededor, el ambiente es un crisol de generaciones. Abuelos compartiendo crepes con sus nietos, grupos de adolescentes siguiendo el beat de DJs como Van Bylen o Resaca Boys, y turistas que se sorprenden de la fuerza de una iniciativa 100% gratuita y privada.
Comercio local y arte sin filtros
Más allá de los escenarios y los foodtrucks, Come y Calle se ha convertido también en escaparate del comercio local más creativo y alternativo. Una quincena de puestos despliegan moda artesanal, diseño gráfico, vinilos, cosmética natural y objetos únicos.
Además, los talleres y espectáculos familiares llenan las mañanas de arte y juego. Niños pintando grafitis con plantillas, aprendiendo inglés entre carcajadas o coreografiando junto a los bailarines de Infinity Dance Studio, que este año han puesto el acento en el talento joven leonés.
Orgullo, diversidad y alegría
Uno de los momentos más esperados de esta edición será el próximo 28 de junio, con la celebración de “Come y Calle con Orgullo”, en colaboración con AWEN LGTBI+ León. La jornada reivindicará la diversidad en un ambiente festivo, seguro e inclusivo, con música, talleres y el concierto de Turista Sueca, seguido de un tardeo animado por DJs.
En un contexto donde muchas celebraciones culturales dependen de fondos públicos, Come y Calle mantiene su modelo basado exclusivamente en el patrocinio privado. Firmas como Cervezas El Águila, Vile La Finca o Caja Rural de Zamora respaldan una iniciativa que busca llenar de vida la ciudad sin vaciar los bolsillos de nadie.
Alma leonesa
Por eso el acceso es gratuito, el pago se gestiona de forma ágil con tarjeta y las actividades, desde conciertos a juegos infantiles, están diseñadas para todas las edades y perfiles.
Diez años después, el Come y Calle sigue creciendo. O mejor dicho, desbordando. Porque León no solo ha hecho suyo este festival: lo ha convertido en símbolo de identidad urbana, joven y abierta. Y aunque el parque de San Francisco por momentos parezca pequeño para tanta energía, es precisamente esa sensación —la de que la ciudad vibra— la que confirma que el Come y Calle no es un evento más. Es el latido de un León en movimiento.