Fuego, fútbol y deseos bajo la lluvia: una Noche de San Juan pasada por agua
La ciudad de León vivió una Noche de San Juan cargada de simbolismo, emoción y cierto desencanto meteorológico. Lo que prometía ser una velada vibrante entre fuego, luces y deseos colectivos se vio interrumpida por una puntual e intensa lluvia que cayó justo a medianoche, cuando la hoguera comenzaba a arder.
Miles de personas se dieron cita en la explanada de Eras de Renueva, epicentro de la celebración, para despedir lo viejo y dar la bienvenida a nuevos anhelos. Pero la magia fue brevemente aguada.
Fuegos artificiales: promesa rota, estallido asegurado
Minutos antes de encenderse la hoguera, los fuegos artificiales iluminaron el cielo leonés. El espectáculo, que en teoría iba a ser silencioso como parte de una apuesta inclusiva, volvió a apostar por la fórmula clásica: estallidos, color y ovaciones.
Aunque no cumplió con su objetivo de minimizar el impacto sonoro, muchos asistentes celebraron el regreso del estruendo. El cielo de León volvió a resonar con fuerza, marcando el preludio de una noche ancestral.
Una hoguera con sabor culturalista
Este año, la estructura central de la hoguera rindió homenaje al reciente ascenso de la Cultural y Deportiva Leonesa a Segunda División, combinando fútbol y orgullo local con alusiones a juegos tradicionales como la rana y los bolos. Un guiño a la identidad leonesa que pretendía encender el entusiasmo colectivo… aunque el agua tuvo otros planes.
La quema, aunque húmeda, no se detuvo. Los asistentes, paraguas en mano, mantuvieron el rito encendiendo simbólicamente un nuevo ciclo, pidiendo deseos mientras veían cómo el fuego luchaba contra la lluvia.
Magia a pesar de todo
A pesar del chasco meteorológico y de una promesa de silencio que no se cumplió, la ciudad celebró su noche mágica con espíritu resiliente. La mezcla de innovación, tradición y pasión local se impuso al clima, dejando claro que, en León, ni la lluvia apaga la ilusión de una buena hoguera.