La Bañeza despierta tras El Gordo entre bancos, abrazos y cuentas nuevas
La Bañeza amaneció este martes distinta. Más silenciosa que el lunes, pero con una resaca emocional evidente tras el impacto del Gordo de Navidad, que dejó 468 millones de euros en la localidad. No hubo ya corchos ni cánticos, pero sí colas tempranas, miradas cómplices y muchas visitas discretas a las sucursales bancarias.
Las oficinas de CaixaBank y BBVA son las dos entidades oficiales con las que trabaja Loterías y Apuestas del Estado. Todo gira sobre ellas si bien otras entidades financieras de la ciudad comenzaron a tramitar gestiones entre bancos para los agraciados que optaron por operar con su entidad habitual.
El banco, primera parada
Con los décimos premiados custodiados desde la noche anterior, muchos vecinos se informaron sobre los pasos a seguir: identificación, ingreso del premio y asesoramiento fiscal. Las entidades confirmaron que los premios superiores a 2.000 euros deben cobrarse obligatoriamente en banco, nunca en la administración.
Una de las cifras más repetidas en conversaciones y ventanillas fue la misma: cada décimo premiado con El Gordo está dotado con 400.000 euros, pero Hacienda solo aplica retención a partir de los primeros 40.000 euros, que están exentos. Así, la Agencia Tributaria descuenta 72.000 euros por décimo, de modo que el premio neto asciende a 328.000 euros para cada afortunado.
268 millones con adn futbolero
Buena parte de la alegría tiene acento deportivo. La Bañeza Fútbol Club, histórico equipo de Regional Preferente, fue uno de los grandes protagonistas al repartir 268 millones de euros vinculados a las participaciones y décimos vendidos por el club.
Durante años, jugadores, directivos y colaboradores distribuyeron el número entre socios, aficionados y vecinos, una práctica habitual para sostener la economía del club. El resultado ha convertido al equipo en el gran canal de distribución del premio en la ciudad, llevando la suerte a bares, comercios, peñas y familias enteras.
Una ciudad 'regada' de millones
La expresión más repetida este martes fue que La Bañeza había sido “regada” de millones. En una localidad de algo menos de 15.000 habitantes, el impacto económico es histórico. Cancelación de hipotecas, reformas aplazadas durante años, ayuda a hijos y nietos o, simplemente, tranquilidad tras meses duros marcaron las conversaciones en cafeterías y calles.
Todo ello llega después de un año especialmente complicado, marcado por los incendios del verano y por el anuncio del cierre de la Azucarera, un golpe económico y emocional para la comarca de La Valduerna.
De la fiesta a la prudencia
Si el lunes fue el día de la euforia colectiva, este martes fue el de la prudencia. Asesores financieros, llamadas familiares y agendas improvisadas sustituyeron al cava. La recomendación más repetida: calma, discreción y planificación.
La Bañeza vuelve poco a poco a la normalidad, pero lo hace sabiendo que este 22 de diciembre ya forma parte de su historia. Un día después, la sonrisa sigue ahí, más serena, pero igual de profunda.
