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El jurado declara culpable a Alan Rubén T.S. por el asesinato de su madre en Nochebuena

El tribunal popular aprecia alevosía, ensañamiento y agravante de parentesco en el crimen cometido en el barrio de San Esteban

El jurado popular de la Audiencia Provincial de León declaró culpable por unanimidad a Alan Rubén T.S. del asesinato de su madre, María Salomé, cometido la Nochebuena de 2022 en el domicilio familiar del barrio de San Esteban, en la capital leonesa.

El tribunal, en una lectura realizada este lunes, consideró probado que la víctima “no tuvo posibilidad de defensa” y que sufrió “numerosas lesiones” durante la agresión, lo que llevó a los miembros del jurado a apreciar alevosía y ensañamiento en la actuación del acusado.

Sin atenuantes ni eximentes

El jurado descartó que Alan Rubén actuara bajo una alteración mental que redujera su responsabilidad penal. En su dictamen, no se considera probada ninguna disminución o alteración de sus facultades que pudiera condicionar su actuación o justificar eximentes.

Además, se acordó aplicar la agravante de parentesco, al tratarse de un delito cometido contra su propia madre, con quien convivía.

El hallazgo del cuerpo

El cuerpo sin vida de María Salomé fue localizado dos días después del crimen, cuando los vecinos alertaron a las autoridades al no verla en las zonas comunes del edificio. Una patrulla de la Policía Local de León se desplazó hasta el lugar y, tras observar manchas de sangre en la puerta, decidió forzar la cerradura para acceder al interior. Allí encontraron el cadáver.

Pocas horas después, la Policía Nacional detuvo a Alan Rubén T.S., que se encontraba en la ciudad. El Juzgado de Instrucción número 4 de León decretó para él prisión provisional y sin fianza, medida que se mantiene desde entonces.

Un crimen que conmocionó a León

El caso causó una gran conmoción en el barrio de San Esteban, donde madre e hijo eran conocidos por los vecinos. El veredicto de culpabilidad pone ahora punto final a un proceso judicial marcado por la dureza de los hechos y la frialdad con la que se cometió el crimen.

Pruebas determinantes y petición de condena

El Ministerio Fiscal rebajó ligeramente la pena solicitada por amenazas debido a la falta de pruebas, dejando la petición total en unos 23 años de prisión. Durante el juicio, se presentaron evidencias contundentes que vinculan directamente a Alan Rubén T.S. con el crimen: una huella de zapatilla coincidente con su calzado y una huella digital ensangrentada en el frigorífico, donde se hallaron restos biológicos de la víctima.

“Solo voy a decir que no he mentido y que a mi madre no quería hacerle daño”, declaró el acusado en su último turno de palabra, cerrando así un juicio que quedó visto para sentencia.

Los hechos y la brutalidad del ataque

Según la reconstrucción del Ministerio Público, el crimen se produjo el 24 de diciembre de 2022, entre las 21:00 y las 23:15 horas. Tras una primera negativa de la víctima a abrir la puerta, el acusado logró acceder a la vivienda e inició una violenta discusión que derivó en el ataque.

El fiscal describió un golpe mortal con un objeto contundente, posiblemente una jarra o jarrón, que causó una herida de 13 centímetros en el cuello. “La herida era letal desde cualquier punto de vista. El corte en la tráquea era mortal de necesidad”, señaló durante la vista.

El juicio en tres claves

1. Veredicto unánime de culpabilidad
El jurado popular declaró por unanimidad culpable a Alan Rubén T.S. del asesinato de su madre, María Salomé, cometido en la Nochebuena de 2022. El tribunal apreció alevosía, ensañamiento y agravante de parentesco, descartando cualquier alteración mental que redujera su responsabilidad penal.
2. Pruebas periciales y biológicas concluyentes
Durante el juicio se presentaron evidencias contundentes que vinculan al acusado con el crimen: una huella de zapatilla coincidente con su calzado, además de una huella digital ensangrentada en el frigorífico con restos biológicos de la víctima. Estas pruebas fueron decisivas para el veredicto.
3. Defensa basada en un trastorno mental no acreditado
La defensa intentó sostener que el acusado no era consciente de sus actos por sufrir alucinaciones y trastornos mentales, incluso afirmando que creía que su madre era “un clon”. Sin embargo, el fiscal rechazó esta versión por falta de pruebas clínicas y de testigos, calificándola de “mentira estratégica”.

 

El cuerpo de María Salomé presentaba además numerosas contusiones en brazos, rostro y espalda, lo que refuerza la tesis de un ataque sorpresivo y sin posibilidad de defensa, agravado por la diferencia física entre madre e hijo.

“Si acabó con la vida de su propia madre, todos estamos en peligro”, advirtió el fiscal, que calificó los hechos como asesinato con alevosía y ensañamiento. Por su parte, el abogado de la acusación particular, Fernando Diez Fuego, subrayó que el cadáver presentaba 31 cortes, una circunstancia que, según dijo, “demuestra el ensañamiento”.

La defensa apela a un trastorno mental

La abogada defensora, María Teresa Villa, centró su estrategia en cuestionar las pruebas y defender una posible alteración mental del acusado. “No puede reconocer algo que no recuerda haber hecho. Él no es consciente de haber matado a su madre”, afirmó la letrada del turno de oficio.

Alan Rubén aseguró sufrir alucinaciones auditivas y haber perdido el contacto con la realidad: “Escucho voces y no puedo hacer lo contrario... Pierdo el contacto con la realidad y mi mente crea una realidad paralela”, declaró, sosteniendo que creía que su madre había sido reemplazada por un clon.

El fiscal, sin embargo, rechazó esta versión y la calificó de “mentira estratégica”, recordando que “la teoría del clon solo la introdujo en la recta final del procedimiento” y que no existen testigos que acrediten conductas extrañas previas al crimen.

Una relación marcada por la violencia

Durante el juicio se reveló la relación conflictiva entre madre e hijo. Varios testigos confirmaron que el acusado profería amenazas como “¡Te voy a matar!” o “¡Muere, puta!”, lo que llevó a la víctima a vivir separada y tomar precauciones, como esconder cuchillos durante las visitas.

Alan Rubén, que tiene reconocida una discapacidad del 49%, relató un pasado problemático: “Me agredió varias veces siendo yo menor... Me ingresaron en Zambrana”, afirmó. También reconoció haber consumido drogas y abandonado su medicación, asegurando que lo hacía “para llenar el vacío y no estar solo”.

A la espera de sentencia

Con el veredicto de culpabilidad ya emitido por el jurado, el caso entra ahora en su fase final. La Fiscalía solicita 22 años de prisión por asesinato y otros dos años y medio por amenazas, además de una indemnización de 20.000 euros para la hermana de la víctima.

La defensa intentará que el tribunal considere circunstancias atenuantes por problemas mentales y consumo de drogas, mencionando posibles diagnósticos de TDAH, esquizofrenia o Trastorno Límite de Personalidad.

El crimen, ocurrido en una fecha tan simbólica como la Nochebuena, ha conmocionado a la sociedad leonesa, que ahora espera una sentencia definitiva que equilibre la gravedad de los hechos con la situación personal del acusado.