Addoor Sticky

La planta de biomasa marca el arranque del curso político en León con 'presión' sobre Diez

Concentración en contra de la construcción de la planta de biomasa de la Red de Calor de León. Foto: Campillo
El alcalde José Antonio Diez mantiene su respaldo al proyecto de Puente Castro pese a la contestación vecinal y las dudas del propio PSOE en Castilla y León El abierto cuestionamiento a Suárez-Quiñones tras la crisis de los incendios siembra más dudas en el proyecto

El Ayuntamiento de León abre el nuevo curso político con la planta de biomasa proyectada en Puente Castro como principal foco de tensión. La iniciativa, impulsada por la Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente de Castilla y León (Somacyl), cuenta con el respaldo del alcalde de la ciudad, José Antonio Diez, pero enfrenta una creciente contestación ciudadana liderada por la Plataforma Vecinal León Sur. El colectivo ha anunciado movilizaciones masivas en septiembre y octubre en los barrios de La Lastra y Puente Castro.

Revés administrativo y pulso vecinal

La contestación se ha multiplicado en el frente político después de que el Boletín Oficial de Castilla y León (BOCYL) del pasado 7 de agosto recogiera  la anulación del permiso ambiental concedido el 1 de julio a la planta, tras un recurso de Ecologistas en Acción. 

Aunque el procedimiento no se cierra —los trámites se conservan y la Junta puede subsanar los defectos—, el fallo supone un nuevo obstáculo para una instalación que ya acumula rechazo social y político. “La Junta insiste en un modelo sin consenso y con graves riesgos ambientales”, denunció Gabriel Alegre, representante de Ecologistas en Acción León.

Antes Somacyl había desistido ya de la planta de biogás que acompañaba al proyecto, lo que obligaba a redimensionar el mismo.

División política en torno al proyecto

Mientras, la vicesecretaria general del PSOE de Castilla y León, Nuria Rubio, ha pedido públicamente “paralizar y revisar en su integridad” el proyecto hasta contar con una nueva regulación autonómica sobre este tipo de instalaciones. Rubio recalcó que los socialistas están “a favor de las energías renovables, pero no a cualquier precio” remarcando que no se puede poner en riesgo la salud de los vecinos con una planta a 500 metros de las viviendas.

A su rechazo se suma el de la Unión del Pueblo Leonés (UPL), que exige a PSOE y PP en el Ayuntamiento abandonar la ubicación de Puente Castro. La formación leonesista advirtió en su día que la mayoría absoluta de ambos partidos impide a sus cinco concejales frenar por sí solos la iniciativa pero a ambos les ha instado a escuchar a los vecinos.

El papel de Suárez-Quiñones, en el centro de la tormenta

La polémica se agrava por el peso personal del consejero de Medio Ambiente, el popular Juan Carlos Suárez-Quiñones, en la defensa del proyecto. Su figura, ya cuestionada por colectivos ecologistas y plataformas ciudadanas, se ha convertido en un símbolo del rechazo vecinal. “Es un empeño político que nadie en León quiere”, denunció la Plataforma León Sur, que promete mantener la presión en la calle.

El alcalde, entre el respaldo y la presión

José Antonio Diez, que hasta ahora ha defendido públicamente la planta como parte de la futura red de calor de León, afronta un inicio de curso en el que deberá decidir si mantiene su apoyo o busca una salida intermedia. La tensión vecinal y las posiciones divergentes dentro del PSOE regional amenazan con convertir el proyecto de biomasa en el eje del debate político local durante los próximos meses.

Se trata, además, de un proyecto con trascendencia urbana ya que la red de calor y su desarrollo sustenta la renovación de diferentes áreas urbanas, entre ellas la Calle Ancha.