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La última de Óscar Puente: la A-60 avanza por Valladolid y se frena justo en León

Transportes aprueba un nuevo tramo de 10,7 kilómetros para esta autovía por 74,8 millones que no cruza el límite provincial
Tramo León-Puente Villarente de la autovía A-60
Tramo León-Puente Villarente de la autovía A-60.

El Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, dirigido por Óscar Puente, ha dado un nuevo paso en la largamente prometida autovía A-60, pero lo ha hecho, una vez más, sin alcanzar la provincia de León. El departamento ministerial ha aprobado provisionalmente el proyecto de trazado del tramo Villanubla–La Mudarra, ambos en la provincia de Valladolid, dejando el desarrollo de la infraestructura detenido en el límite administrativo.

La actuación, que será sometida a información pública tras su publicación en el BOE, contempla una inversión estimada de 74,8 millones de euros (IVA incluido) para un recorrido de 10,7 kilómetros, que dará continuidad a la A-60 ya construida entre Valladolid capital y el aeropuerto de Villanubla.

Un proyecto que se queda en Valladolid

El nuevo tramo enlaza con el futuro segmento La Mudarra–Medina de Rioseco, que aún se encuentra en fase de redacción, pero no incluye ningún avance hacia León, pese a que la A-60 fue concebida como una vía de alta capacidad para unir Valladolid y León y aliviar el tráfico de la actual N-601.

El trazado discurre por los términos municipales de Medina de Rioseco, La Mudarra, Valdenebro de los Valles y Castromonte, consolidando una mejora sustancial para estas localidades, pero reavivando la sensación de agravio comparativo en el territorio leonés, donde la autovía sigue siendo un proyecto sin calendario.

Variantes y mejora local

Desde el punto de vista técnico, el Ministerio destaca que los dos tramos en marcha incluyen las variantes de la N-601 a su paso por La Mudarra y Medina de Rioseco, lo que permitirá retirar miles de vehículos del interior de ambos núcleos urbanos.

 

La sección proyectada responde al estándar de autovía: dos calzadas con dos carriles por sentido, arcenes exteriores de 2,5 metros, interiores de un metro y una mediana de 10 metros, diseñada para una velocidad de proyecto de 120 km/h y con plena visibilidad de parada.

Medidas ambientales

El proyecto incluye doce estructuras para garantizar la permeabilidad territorial y cumplir la Declaración de Impacto Ambiental (DIA): 7 pasos superiores, 2 pasos inferiores, 3 obras de drenaje transversal.

Algunas de ellas están específicamente adaptadas para el tránsito de fauna, como el paso inferior del arroyo Gorgollón o el diseñado en el entorno de la Cañada Burgalesa. También se contemplan pantallas acústicas, vallado perimetral, reposición de vías pecuarias —como la Cañada Real Leonesa— y actuaciones de revegetación e integración paisajística.

Subestaciones

El trazado se ha coordinado con distintos operadores eléctricos y de telecomunicaciones debido a la presencia de infraestructuras como la Subestación eléctrica de La Mudarra, el Parque Eólico La Mudarra Sur y otros proyectos eólicos y fotovoltaicos en desarrollo. Además, el recorrido cruza montes de utilidad pública como Patacaballo y La Vega y Nava de Santa María, lo que ha condicionado parte del diseño.

León, a la espera

Mientras Valladolid suma kilómetros y presupuestos, León vuelve a quedar fuera del avance efectivo de la A-60. El resultado es un nuevo impulso parcial que mejora la movilidad en Tierra de Campos, pero no acerca la autovía a su objetivo original.

El balance político y territorial vuelve a ser el mismo: una infraestructura estratégica que avanza, sí, pero se detiene otra vez antes de cruzar la frontera leonesa, alimentando la percepción de un proyecto interminable para la provincia.